Este jueves ha comenzado la etapa final del rescate de Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo de 25 centímetros de diámetro y 110 metros de profundidad hace ya once días ebn Totalán (Málaga).

El equipo de ocho mineros, ya ha empezado a bajar de dos en dos al pozo en la cápsula diseñada por el director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga, Julián Moreno; y fabricada por dos herreros malagueños.


El geolocalizador

Los mineros han exigido contar con un geolocalizador. Un aparato que puede resultar clave para la operación. El objetivo es excavar directamente en la zona exacta donde estaría Julen y no perder tiempo.

De este modo, con el geolocalizador se comprueba que la ventana de trabajo del “encamisado” esté alineada con el pozo de Julen para que la excavación sea efectiva.

El geolocalizador está fabricado por la empresa Stockholm Precision Tools. Compañía que ha distribuido un vídeo del aparato que ya se utilizó cuando se encontraban atrapados 33 mineros en Chile en agosto de 2010.

 


Tras el geolocalizador, una cámara 


"Hay que tener en cuenta que la roca a la que se enfrentan es durísima, mucho más que la de una explotación de carbón, pero si todo se da bien, en unas 10 horas habrían avanzado quizás un par de metros y podrían hacer lo que nosotros llamamos un cale: un agujero por el que meter una pequeña cámara y ver si, en efecto, el chaval está al otro lado". Es el diagnóstico sobre el rescate de Julen de quien dirigió la Brigada de Intervención Minera entre 2005 y 2009, Santiago Suárez.

En declaraciones concedidas a Quico Alsedo, del diario El Mundo, Suárez explica que "24 horas para llegar al chaval [para recorrer los cuatro metros entre los dos túneles horadados] sería una estimación estándar, en un avance normal en esa piedra, pizarra, que es muy dura". Sin embargo, "si no hay contratiempo, que puede haberlos, y muchos", en unas 10 horas podría saberse si el crío está bajo el tapón de cota -70 metros-, como creen los miembros del dispositivo.