La Comisión Nacional de Ética en la Investigación en Brasil (CONEP, por sus siglas en portugués) investiga la muerte de unos 200 pacientes ingresados en diferentes centros del estado de Amazonas, en el norte, y otras tres ciudades en el sur, que participaban en el estudio de un medicamento, la proxalutamida, una droga experimental que se aplica para algunos tipos de cáncer, que se suministró a pacientes con coronavirus, presuntamente sin su consentimiento. Según adelanta El País, la Unesco ha dicho que éste podría ser uno de los “episodios más serios y graves de infracción ética” en la historia de América Latina.

La CONEP, dependiente del Ministerio de Sanidad, llegó a autorizar el estudio con proxalutamida a principios de este año, pero el organismo ha señalado que el que se realizó en el estado de Amazonas implicó a más personas de las que se habían aprobado inicialmente (645 participantes, cuando el número permitido era de 294), y se llevó a cabo con “pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos”, lo que tampoco había sido aprobado.

CONEP afirma que se vulneró la ética en investigación

“Hay indicios de irregularidades en el estudio, así como transgresiones de las normas vigentes sobre ética en investigación con seres humanos”, afirma el documento de la CONEP, fechado el 3 de septiembre. El organismo ha recibido denuncias del mismo experimento en Itacoatiara, Manaos, Maués y Parintins (ciudades del Estado de Amazonas, en el norte de Brasil), y otras tres ciudades del sur. Ninguno de ellos habría sido autorizado a realizar las pruebas.

El pasado 9 de octubre, investigadores de la Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco hicieron público un documento en el que señalan que éste podría ser uno de los “episodios más serios y graves de infracción ética” y de “violación de los derechos humanos” de pacientes en la historia de América Latina

Los impulsores del estudio se defienden

El responsable del estudio, el médico Flavio Cadegiani, contestó a la UNESCO acusándole de basarse en "falsas premisas" y asegurando que “el medicamento en prueba no produjo eventos adversos graves”. En una nota señaló de manera indirecta a la Comisión Nacional de Ética de actuar por motivaciones políticas después de que el presidente Jair Bolsonaro citó el fármaco como un posible medicamento eficaz contra la covid-19 el 18 de julio.

Luiz Alberto Nicolau, presidente del Grupo Samel, dedicado a la atención hospitalaria, ha dicho también que considera que el caso está motivado políticamente, y ha defendido que las muertes son de personas que recibieron placebo, algo que la CONEP afirma que la empresa no ha demostrado.

Nicolau había anunciado que la ciudad de Itacoatiara sería la primera en beneficiarse “de un medicamento estadounidense para el tratamiento del cáncer que funciona excepcionalmente contra la covid-19″. Se refería a la proxalutamida, que no está registrada ni se utiliza en ningún tratamiento en Brasil. Según dijo el empresario, a petición del alcalde, Mario Abrahim, Samel administraría el tratamiento en todos los pacientes de covid-19 ingresados en los hospitales municipales, un estudio que estaría coordinado por el médico Flavio Cadegiani, con “la expectativa de que sea algo muy importante para la ciudad”, según difundió la empresa en vídeos en las redes sociales.