Un libro, un disco, ropa, colonia, la PlayStation 5 o el último Iphone son algunos de los infinitos regalos que este año los Reyes Magos traerán desde Oriente este 6 de enero. Una fecha marcada en rojo en el calendario de millones de niños. Sin embargo, ¿se imaginan que el regalo de Baltasar, Melchor y Gaspar fuera tabaco? Suena a distopía, ¿verdad? Pues esto es exactamente lo que ocurre en Vale de Salgueiro, una pequeña aldea de apenas 400 habitantes situada al norte de Portugal.

En concreto, los niños del Vale de Salgueiro esperan a la llegada del gaitero, que marca el inicio de la fiesta de la Epifanía, que se termina un día más tarde con su marcha. Una vez que este (un hombre de la aldea) hace acto de presencia, los más pequeños bajan a las calles para comprar cigarrillos y fumar en la plaza del pueblo. Un ritual que se remonta desde tiempos paganos, y que se sigue celebrando religiosamente cada año, pese a las cada vez más críticas que recibe el pueblo, que cada día de Reyes es noticia por lo mismo.

“No sabemos ni cuándo ni cómo comenzó esta tradición, pero tenemos un vecino de 101 años que dice que ya se celebraba en el tiempo de sus padres”, destacaba el año pasado el alcalde del pueblo, Carlos Cadevez.

“Creemos que al principio estaba ligado a la emancipación de los niños con la cercanía de la adolescencia”, añadía este, aunque basta visualizar un par de vídeos de los festejos para descubrir que no solamente fuman tabaco los menores que se encuentran en la adolescencia. De hecho, el propio edil reconocía que permitió a su hija mayor empezar a sumarse a esta tradición desde los 9 años.

“Solo fumamos durante dos días, entonces ya no se nos permite fumar. Ya lo sabemos. Esperamos estos días, pero no es porque fumamos cigarrillos. Me gusta porque son días diferentes. El gaitero viene y nosotros vamos a misa”, señalaba por su parte Eduarda, una niña de 9 años, al medio portugués CM.

Como se señalaba en los párrafos anteriores, este peculiar festejo despierta gran interés cada día de Reyes, y no son pocos los medios (tanto locales, como internacionales) que se han llevado las manos a la cabeza ante las impactantes imágenes de niños de ocho o nueve años fumando alegremente con sus amigos en la plaza del pueblo. No obstante, la pequeña población de Vale de Salgueiro siempre se ha posicionado a favor de esta tradición, haciendo oídos sordos a los juicios externos. De hecho, la polémica fue tal que el año pasado la alcaldesa de Mirandela, capital de la región, se desplazó a esta aldea para intentar persuadir a los vecinos de que no dejaran a sus hijos fumar. Sin embargo, no logró su cometido. “Las imágenes de niños con el cigarrillo en la boca son impresionantes, pero no lograremos hacer prevención contra el tabaco yendo contra las personas y sus tradiciones”, afirmó, resignada, Júlia Rodrigues tras su visita.

Cabe destacar que al igual que ocurre en España, las leyes portuguesas prohíben vender y dar tabaco a los menores de edad. Asimismo, también está prohibido fumar en lugar cerrados, y en bares y restaurantes solamente se puede si hay una zona apartada y habilitada. Pese a todo ello, cerca de un 24% de los portugueses confiesa que fuma de manera regular en un país en el que cada año mueren más de 11.000 personas por esta práctica, según el Servicio Nacional de Salud.

Por último, y al igual que sucede en otros países europeos, hay que recordar que los Reyes Magos no son una tradición ni una festividad en Portugal. De hecho, en toda Europa, Melchor, Gaspar y Baltasar solo son hegemónicos en España. El trono recae en Papá Noel o el Abuelo de la Navidad, según el país, que está presente en todos los países europeos.