La silla eléctrica no era una maquina muy utilizada en Europa para la pena capital, ya que su puesto lo ocupaba el garrote vil, aunque este tenía connotaciones aún más violentas. En el caso de España, estuvo vigente desde 1820 para aplicar la pena de muerte, pero fue completamente abolida con la Constitución de 1978. Los últimos condenados al garrote vil fueron Salvador Puig Antich y Heinz Chez en 1974, poco antes de finalizar la dictadura franquista.

Pero, ¿cuál era la mecánica de este objeto de tortura? El mecanismo se basaba en colocar un collar de hierro sobre el condenado, este tenía un tornillo acabado en una bola que, al girarlo, causaba una rotura de cuello provocando así un coma cerebral y, por ende, la muerte instantánea. Sin embargo, el procedimiento estaba sujeto a factores que podrían alterar el fallecimiento, ya que dependía de la fuerza del verdugo y la resistencia del cuello de la víctima, causando así un largo estrangulamiento y alargando la agonía del que lo sufría.

De la horca al garrote vil

El garrote vil se remonta a la Antigua Roma, aunque su uso y diseño se fueron perfeccionando con el paso de los años. En España, durante siglos fue la horca el método de ejecución más extendido y rápido aunque la mecánica cambió a partir de la invasión de Napoleón y las Cortes de Cádiz, cuando se acordó que el garrote vil resultaba más efectivo.

En aquella época, se prefirió el garrote antes que “el ahorcamiento por caída larga” que se practicaba en Inglaterra; además, este permitía que la víctima quedase erguida. No obstante, con el regreso de Fernando VIII, se dio un paso hacia atrás y volvió a instaurarse la horca como el método de ejecución principal del país. La medida no terminó por durar mucho en la sociedad de la época, por lo que en 1832 se implementó el garrote vil de forma definitiva.

Polémica en el Congreso

Este telón de fondo sobre el garrote vil viene dado por la polémica que ha acontecido este jueves en el debate sobre la Ley de Memoria Democrática en el Congreso. El diputado de Vox, Francisco José Contreras, ha justificado el ajusticiamiento de Salvador Puig Antich, que fue ejecutado en el garrote vil: “No fue ejecutado por ser anarquista, sino por asesinar a un policía de 24 años”, ha asegurado.  Ante tales palabras, ERC, EH Bildu y Más País han abandonado el Hemiciclo.