En la madrugada de este sábado 24 de octubre al domingo 25 de octubre se cambia la hora. Dicho día, a las 03.00 habrá que retrasar los relojes una hora. Esta permuta se lleva haciendo en España desde el año 1973, cuando se adoptó esta decisión debido a la crisis del petróleo que afectaba a muchos países industrializados, y acordaron implantar esta medida para paliar la situación que se vivía entonces. 

Sin embargo, pese al cambio, España sigue con un huso horario que no le pertenece, a excepción de las Islas Canarias. Por la disposición geográfica de nuestro país, deberíamos de tener la Hora Occidental (la de Londres), lo que implica una hora de adelanto con respecto al sol en invierno, y dos en verano.

Una situación anómala que se sucede desde hace 76 años, concretamente desde el 16 de marzo de 1940. Ese día, la dictadura decidió adelantar el reloj una hora. "Considerando la conveniencia de que el horario nacional marche de acuerdo con los otros países europeos, y las ventajas de diversos órdenes que el adelanto temporal de la hora trae consigo", decía la orden emitida por Francisco Franco

No obstante, diferentes historiadores no dudan en señala que la decisión se produjo única y exclusivamente para complacer a Adolf Hitler. Hay que señalar que en marzo de 1940 la Alemania nazi estaba en su momento más álgido y parecía que los países del Eje se iban a imponer en la II Guerra Mundial. Por ello, Franco decidió abandonar su postura de neutralidad y buscó un acercamiento tanto con el fuhrer como con Mussolini. De hecho, el 23 de octubre de este mismo año se reunió con el dictador alemán en la localidad francesa de Hendaya, junto a la frontera hispanofrancesa. 

Este cambio del huso horario no fue algo exclusivo de España. También lo hicieron otras potencias como Italia, Reino Unido y Francia. Sin embargo, tras la conclusión del conflicto, y con la victoria de los aliados, los relojes de estos países (salvo Francia), volvieron a marcar la hora que les correspondía por su disposición geográfica. Pero Franco se negó a dar marcha atrás, y siguió con un huso horario ajeno. Una decisión que provoca que Vigo tenga la misma hora que Varsovia (ambas separadas por 3.200 kilómetros de distancia), pero una más que Oporto (a apenas 150 kilómetros).