¿Qué tienen en común una piloto de helicóptero, una agente forestal y una bombera? Todas ellas son mujeres que se enfrentan al fuego y a los prejuicios en un mundo dominado por los hombres. Así lo cuenta Franca Velasco, periodista 'freelance' y colaboradora de ElPlural.com, que ha recorrido España para conocer de cerca a estas heroínas anónimas que protagonizan su primer libro, 'Viaje a las mujeres de fuego', a la venta ya desde el pasado 29 de noviembre. 

'Viaje a las mujeres de fuego' es el resultado de un año de investigación, entrevistas y viajes por siete comunidades autónomas, donde Velasco ha podido compartir el día a día de estas mujeres, sus anécdotas, sus miedos, sus sueños y sus reivindicaciones. El libro es un homenaje a su coraje, su profesionalidad y su pasión por lo que hacen, pero también una denuncia de las barreras y los obstáculos que aún tienen que afrontar en una sociedad que no las reconoce como iguales. Las once protagonistas de este trabajo son Pilar Fuentetejada, Lucía Vita, Xandra Renedo, Laura Varea, Marta Gómez, Laura Fernández Guerra, Lucía Bartolomé, Elena Luque, Vanessa Molina, Carmen Orellana, y Paola Benedí.

En las siguientes líneas, Velasco nos habla de su experiencia, de los retos y las dificultades que han tenido que superar estas once mujeres, y de la importancia de visibilizar su labor y su valía: “He intentado transmitir a quienes lean el libro el hecho de que están ahí, pero no existían. Estaban en la sombra. Como están en la sombra muchísimas mujeres en otros colectivos que hacen el trabajo que normalmente protagonizan los hombres, porque vivimos en esta sociedad todavía eminentemente masculina, en la que es muy difícil visibilizar a ellas”.

Pregunta (P): ¿Qué te motivó a escribir este libro sobre las mujeres que trabajan en operativos de prevención y extinción de incendios forestales?

Respuesta (R): La curiosidad. A mí me motivó la curiosidad porque durante el verano de 2002 hubo tremendos incendios forestales en Castilla y León y en toda España, pero especialmente en Castilla y León. Yo me preguntaba a menudo cada día, cuando los veía en informativos, telediarios a nivel nacional. Todos eran hombres los que contaban lo que les estaba pasando en esos incendios tan tremendos.

Y yo me pregunté un día si no había mujeres. Y entonces tiré de los contactos que tenía ya en el operativo de Castilla y León para preguntarles si existían. No existían. Y me dijeron que haberlas haylas. Y entonces pedí contactos de mujeres que estuvieran en el operativo, que eran absolutamente transparentes, no se las conocía. Y claro, empecé a recibir números de teléfono y empecé a marcar esos números de teléfono e hice un reportaje en El Plural que nació aquí.

Es decir, el Viaje a las mujeres de fuego nació en la Gran Vía de Madrid, que es donde estamos ahora, porque aquí fue donde se decidió publicar ese reportaje. Eran cuatro o cinco mujeres a las que yo no pude ver en su lugar de trabajo, en su lugar de origen, sino que las hablé por teléfono. A mí me generó una sensación de quiero conocerlas en persona, quiero ver qué hacen, cómo se mueven, dónde están, de dónde han salido y ahí nació el reportaje y luego nació el libro.

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P: Y en todo ese proceso, ¿encontraste muchas dificultades a la hora de acceder a ellas?

R: Una vez que compruebas que es difícil, que son muy pocas mujeres, pero acceder plenamente a ellas, poder hablar lleva mucho tiempo. Lleva tiempo, sobre todo porque yo me empeñe en verlas en persona. En el reportaje lo primero que eché en falta es poder hablar con ellas en persona, verlas, hacerles fotos, ver en qué hábitat se movían. Sí que fue difícil conseguir poder encontrarlas a todas en sus lugares, en sus sitios. Y eso a ver, no fue difícil logísticamente, pero sí que fue difícil económicamente porque hice al final 4000 kilómetros por siete comunidades autónomas.

Al principio el reportaje se circunscribía únicamente a Castilla y León, pero la editorial, que era de La Rioja, lo que quería era hacerlo grande, es decir, darle un nivel nacional. Entonces nos empezamos a mover, empezamos a buscar cuántas mujeres podíamos encontrar que fueran un referente en la profesión de diferentes lugares del operativo. Porque claro, el operativo de incendios es muy amplio.

P: Y ellas se sorprendieron porque parecían invisibilizadas. Cuando tú les llamas y te interesa tu historia, te interesa tu trabajo. En ese primer momento me imagino que flipaban.

R: La verdad, flipaban porque nunca nadie les había prestado atención. Yo creo que lo fundamental de este trabajo, de este libro, de este final, es un trabajo periodístico. Es que se les da visibilidad a personas, en este caso mujeres, que nunca se habían visto en el foco. En el caso de Carmen Orellana, es la primera agente forestal de España en Baleares, pues se acaba de jubilar. Es decir, 40 años haciendo tu trabajo y jamás te han preguntado ¿quién eres? ¿Dónde estás? ¿Por qué haces esto?

P:  ¿Y eso por qué crees que ocurre? 

R: Yo creo que esto es un paso, un pequeñísimo paso adelante en la visibilización de personas, en este caso mujeres, sobre todo mujeres. Porque esto suele pasar con mujeres que llevan muchos años haciendo trabajos supuestamente de hombres y que a las que nunca se ha prestado atención. Ahora, una vez que leen el libro me dicen que no sabía que eso sí existía, no sabía que había mujeres que hacen estas cosas.

Esto es un paso, un pequeñísimo paso adelante en la visibilización de personas, en este caso mujeres

P: Pero vamos a hacer una autocrítica porque los periodistas, los periódicos, dedican horas y horas a los incendios, sobre todo en verano, y nunca se ha puesto el foco en una parte esencial de la lucha contra el fuego, que son las mujeres.

R: Exacto. Y cuando las conoces de cerca, que es lo que he hecho yo, he intentado transmitir a quienes lean el libro el hecho de que están ahí, pero no existían. Estaban en la sombra. Como están en la sombra muchísimas mujeres en otros colectivos que hacen el trabajo que normalmente protagonizan los hombres, porque vivimos en esta sociedad todavía eminentemente masculina, en la que es muy difícil visibilizar a ellas. Pero ya están ahí y lo están haciendo.

Y me gustaría, porque no lo he dicho nunca, decir que esto es un pequeño granito de arena en un camino que han abierto otras periodistas, autoras de libros a las que no puedo compararme ni de ninguna manera. Este es mi pequeño granito de arena para las mujeres españolas que están trabajando en este colectivo de incendios forestales. Y lo más chulo de esto es que lo hacemos en España, porque nuestra capacidad para llegar a estas mujeres es limitada. Pero esto está dando el salto al charco, al otro lado del Atlántico, especialmente en el centro y Sudamérica.

P: Por tanto, tu visión feminista del mundo influye obviamente en un libro así.

R: Yo no sé si esto se puede llamar feminista. Es un tanto femenino, porque luego en el universo feminista hay muchísimas sensibilidades diferentes. Ellas son once mujeres, cada una muy diferente y son universos diferentes, pero es verdad que todas tienen muchas cosas en común y es que han saltado muchísimas barreras. Ya poner el cartel de feminista, no lo sé… porque hay algunas que nunca se han sentido en una segunda posición con respecto a sus compañeros. Hay otras que sí que han tenido determinados problemas de cercanía con ellos, pero todas se sienten parte de un equipo. Y yo creo que el objetivo del libro es que se vea que un equipo de incendios, una cuadrilla, una élite transportada, está formada por hombres y mujeres y es importante que se sepa que hay mujeres ahí también.

Ellas son 11 mujeres, cada una muy diferente, pero es verdad que todas tienen muchas cosas en común

P: De todas estas mujeres como autora, ¿te puedes quedar con alguna única historia sobre las demás?

R: No sé, sería muy injusto. Sería muy injusto porque ellas son once y son los personajes. Sería imposible elegir a una porque son todas maravillosas. Yo las admiro mucho. 

P: El libro nace de una historia que publicamos en El Plural. ¿Te quedas con tu faceta de periodista o te sientes más escritora?

Bueno, yo soy periodista y esto está basado en el periodismo. A mí el reportaje en El Plural, que no sé de qué manera feliz se me ocurrió, pues fue una satisfacción porque este colectivo es verdad que es muy solidario y muy de compartir, y el reportaje se compartió muchísimo y yo creo que de ahí llegó a la editorial que me propuso escribirlo.

Lo que piensas cuando estás escribiendo reportajes así es cómo me gustaría hacer esto más sosegadamente, poderle echar tiempo, dedicarle meses o lo que haga falta… Y claro, un libro es un libro. Cuando una editorial te da su confianza para convertir tu reportaje en un libro, lo que sientes es una satisfacción que puedo dedicarle el tiempo que sea. Me puedo ir a verlas en persona, puedo conducir kilómetros… pero desde luego el fundamento del libro es el periodismo. Eso no se puede negar.

P: ¿Y no hay otras historias periodísticas que te apetezca plasmar en un libro?

R: Me estás haciendo una pregunta… A ver, yo he estado 15 años trabajando en comunicación política y tengo mucho escrito de comunicación política, pero creo que eso se lo dejaré a mis hijos para que lo publiquen a título póstumo, porque es muy difícil poder ser tan sincera y tan coherente con lo que piensas en un libro en el que hables de política.

A mí me gusta la política, me ha gustado mucho, he vivido muchos años incrustada en la política, pero es muy difícil pensar en contar. Ya sabes que muchos periodistas que hemos estado de esta parte de la política de dentro siempre se nos achaca que más valemos por lo que callamos que por lo que hablamos.