Con el verano y las vacaciones en los colegios, los niños se pasan las mañanas los días en las piscinas. Por desgracia, los accidentes de los menores dentro del agua también están a la orden del día, y muchos se pueden evitar si los pequeños supieran nada o si tuvieran a alguien vigilándoles. Lo primero que recomiendan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es apuntarles a natación, y no confiar en los juguetes acuáticos porque no son elementos de seguridad.

Enséñales a nadar

Según datos de la web ahogamiento.com, el año pasado murieron un total de 470 personas por ahogamiento, tanto en piscinas como en mar, ríos o pantanos. Casi todos eran menores de edad, siendo además la segunda causa de accidentes mortales en menores de 18 años.

En 2019 vamos por el mismo camino: a día 13 de julio, el número de víctimas mortales por ahogamiento está en 217, y muchas de ellas podrían haberse evitado:

  • Nunca es pronto para enseñar a un niño a nadar. En realidad, la mejor edad para apuntar a un menor a clases de natación es entre el primer y el cuarto año, aunque ni si quiera haya aprendido a andar todavía.
  • Aunque el niño sepa nadar, siempre debe tener a un adulto vigilándole constantemente, dentro y fuera del agua. Hay que recordarles que no pueden correr, ni jugar en el bordillo de la piscina, porque podrían golpearse y caerse al agua.
  • También es recomendable que los padres sepan primeros auxilios. En caso de ahogamiento, el tiempo es lo más importante sobre todo si es necesario realizar operaciones de reanimación.

Elementos para ayudarles a flotar

Los niños utilizan muchos objetos como manguitos, chalecos o burbujas, diseñados para ayudar al menor mientras está aprendiendo a nadar y permitiéndole ir a zonas profundas sin miedo a ahogarse.

No obstante, sigue siendo fundamental que esté siempre vigilado, ya que estos juguetes ayudan a la flotación, pero no son salvavidas.

  • Los manguitos son fáciles de usar y tiene que estar bien colocados: cuanto más cerca del hombre más se evita que se salga de forma accidental. Sin embargo, se ha perdido su uso porque dificultan el aprendizaje de los movimientos, y pueden pincharse o salirse si no están bien ajustados.
  • Los chalecos son la mejor opción si no se sabe nadar, ya que ofrecen mejor ajuste y flotabilidad, pero deben coincidir con la talla del menor,
  • Las burbujas son la mejor alternativa para niños de más de dos años: debe ajustarse en la parte alta del cuerpo, lejos de la cintura para evitar que el pequeño se dé la vuelta y quede boca abajo dentro del agua. Son eficaces cuando el menor tiene algo de práctica en la posición de natación.
  • Además de esto, existen bandas pectorales o swintrainer, que pueden ser eficaces si se colocan correctamente.

Mucho cuidado con los juguetes hinchables

Los barcos, figuras hinchables y colchonetas o flotadores se consideran juguetes acuáticos, por lo que:

  • No tienen por qué cumplir las normativas de flotabilidad básicas.
  • Sólo se deben usar en zonas del agua donde el niño haga pie.
  • No deben utilizarse en el mar, porque la corriente podría arrastrarles hacia dentro.
  • Si miden menos de 120 cm, las colchonetas también son juguetes, y se debe tener mucha precaución con llevarlas en zonas profundas y con dormirse encima de ellas.
  • No es recomendable tirarse encima del juguete cerca del borde de la piscina: puede rebotar y golpearse contra el bordillo o contra el fondo.

Estas figuras hinchables se han puesto muy de moda en los últimos años, tanto en niños como en mayores. El verano pasado muchos accidentes fueron causa de estos juguetes, creando peligros reales por un mal uso que no se deben pasar por alto. Se debe hacer un uso responsable de ellos, y usarlos donde el usuario pueda hacer pie. Además, son simples juguetes, no desempeñan la función de flotadores ni salvavidas.

Cinco principios de seguridad

1. La presencia de un socorrista

La presencia de un socorrista es imprescindible estemos donde estemos: mar o piscina. Nos transmite tranquilidad cuando se está con niños pequeños porque son dos ojos más vigilándoles, y además está más preparada para rescatar y atender cualquier accidente.

Aunque en las piscinas públicas es obligatorio que haya socorrista, en las privadas o comunidades de vecinos no siempre: debe haber más de 30 viviendas o un recinto de más de 200 m2 de superficie.

2. Respetar las banderas

Las playas con bandera verde señalan que el mar está en calma, sin corrientes ni olas grandes, y que es seguro el baño. Si la bandera colocada es la roja, el baño está totalmente prohibido. En el término medio está la bandera amarilla, que indica condiciones poco favorables para el baño, con lo que se debe tener precaución y vigilar sin descanso a los niños.

3. Navegar de manera segura

Si se va a utilizar una embarcación de recreo, o practicar algún deporte náutico como el esquí, es obligatorio utilizar chaleco salvavidas y procurar que los pequeños vayan siempre protegidos.

4. Cuidado con los choques

  • Debemos ir con cuidado por aguas turbias, ya que pueden tener rocas en el fondo u otros nadadores que no vemos claramente y podemos provocar un accidente.
  • No dejar a los niños correr por el bordillo de las piscinas, ni jugar cerca de ellos.
  • Precaución cuando salten, porque podría haber alguien debajo sumergido y chocarse ambos

5. Siempre se debe pedir ayuda

  • Si dentro del agua sentimos malestar, lo más importante es conservar la calma. Si sentimos que nos desmayamos, debemos echarnos de espaldas para recuperar fuerzas, y no nadar a contracorriente: estar de espaldas e impulsarnos con las piernas, en paralelo a la playa.
  • Si el agua está muy fría, extrema las precauciones, y nunca te bañes bajo los efectos del alcohol.
  • Si hay un accidente dentro del agua, lo mejor es llamar a los servicios de emergencia o al 112. No debemos hacer esfuerzos para los que no estamos entrenados.