Las cifras de contagiados son alarmantes, pero ni el estado de alarma ni las advertencias de las autoridades y los expertos han frenado las fiestas privadas ilegales en la Comunidad de Madrid. Muchos jóvenes, y no tan jóvenes, optan por celebraciones en espacios privados que violan varias de las restricciones impuestas: grupos superiores a seis personas, sin distancia de seguridad y sin mascarilla.

La Policía Municipal ha desarticulado más de 200 viviendas y locales que albergaban festejos durante el pasado puente del Pilar.

Uno de los casos más sofisticados es el de la calle Coloreros, cerca de la Plaza Mayor, donde las autoridades intervinieron una fiesta clandestina con unas 80 personas y que incluía personal de servicio y pago con datáfono en la entrada. La Policía acudió motu proprio al escuchar música excesivamente alta, gritos y observar unas luces.

Situación semejante la vivida durante el puente del pasado fin de semana en la calle Pinos Alta, sita en Tetuán, donde 70 personas fueron desalojadas de un garaje.

En Ciudad Lineal, la Policía intervino en la cafetería Sol Latino, en cuyo interior había 44 personas en una fiesta ilegal. El dueño fue sancionado por abrir fuera de horario. Lo llamativo de este caso es que cuatro personas trataron de huir por la puerta de atrás, entrando en un domicilio privado, por lo que fueron detenidos por allanamiento de morada, pues los inquilinos se encontraban en su interior en ese momento.

También en Ciudad Lineal, la Policía Municipal tuvo que recurrir a los bomberos para echar abajo la puerta de un local tras varios avisos. Ante la negativa a abrir, los bomberos intervinieron, según ha informado El Mundo.

Pero no solo en locales y viviendas. Las autoridades policiales interpusieron 1.528 sanciones a participantes en botellones en la calle y otras 1.782 a personas que no llevaban mascarilla.