El Estado Islámico ha reivindicado el atentado perpetrado durante Año Nuevo en la discoteca Reina de Estambul, en la que 39 personas han muerto y otras 70 han resultado heridas, algunas de ellas muy graves.

El EI ha reconocido la autoría del atentado mediante un comunicado, en el que ha mencionado que esta masacre se sitúa dentro del marco de su lucha: “Contra los protectores de la cruz”. “Un heroico soldado del califato atacó una de las discotecas, donde los cristianos celebran su fiesta apóstata”.

Las autoridades turcas aún no han logrado identificar al responsable, quien se dio a la fuga. La Policía ha desplegado a unos 25.000 agentes este lunes en Estambul para prevenir atentados, después de que el país se viera golpeado por una oleada de ataques en los últimos meses.

Las primeras informaciones indicaba que eran tres los atacantes, y varios testigos hablaron de personas disfrazadas de Papá Noel. Las autoridades turcas impusieron tras el ataque un silencio informativo, una medida habitual después de grandes atentados.

El ataque tuvo lugar en el club Reina, situado en la orilla del Bósforo, un conocido lugar de ocio de la alta sociedad de Estambul y frecuentado por celebridades, futbolistas y empresarios. Los atacantes abrieron fuego con armas automáticas de manera indiscriminada desde la puerta del local. Mataron al policía de guardia y luego entraron en el club.