El pasado domingo 27 de diciembre se empezaron a distribuir las primeras vacunas de Pfizer en las residencias españolas. Madrid recibió 1.200 dosis que comenzó a repartir en tres centros y pocos días después recibió otras 48.750 dosis más. La llegada de esta vacuna ha supuesto un halo de luz y esperanza después de tanta tragedia vivida en las residencias de ancianos, los mayores focos de contagio durante la pandemia.

Miguel Vázquez, presidente de la Asociación Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (PLADIGMARE), en declaraciones a ElPlural.com, ha asegurado que ha acogido esta noticia con esperanza, “esperando que sea el principio de la solución” de esta pandemia. “Durante estos meses de pandemia el sector que más ha padecido las consecuencias ha sido el de las personas mayores en las residencias”, ha recordado, añadiendo que “se les puso a la cola a la hora de la atención”.

Algo parecido considera una delegada sindical de UGT en una residencia pública madrileña que prefiere mantenerse en el anonimato. “La llegada de la vacuna a las residencias lo estamos viviendo con una gran esperanza y alivio. Es un paso para poder empezar a recuperar la normalidad en las residencias”, ha comentado al ser consultada por este medio. No obstante, también explica que la noticia ha sido acogida con ilusión por parte de los residentes.

Residentes, grupo prioritario de vacunación

El Gobierno ha establecido en el plan de vacunación que entre los grupos prioritarios de vacunación se encuentren los residentes y el personal sanitario y sociosanitario en residencias de personas mayores y con discapacidad, así como el personal sanitario de primera línea y otros dependientes. Tanto Vázquez como la delegada sindical consideran este plan muy acertado. Ambos coinciden en que fue el sector “más afectado y abandonado”, además de ser uno de los grupos de mayor riesgo y con mayor impacto. “Tiene su lógica, viene a poner sensatez a lo que había pasado anteriormente: el abandono y la discriminación que sufrieron las personas mayores”, aclara el presidente de PLADIGMARE. Además, reitera en la importancia de cambiar la “concepción que se tiene de la vejez”.

Frente a las personas que muestran su rechazo a vacunarse, la delegada de UGT recuerda la importancia de esta acción para combatir la pandemia e índice en que “cumple con todas las garantías” científicas y sanitarias, por lo que no debe haber miedos. Mientras, Miguel Vázquez hace un llamamiento haciendo hincapié en que “la ciencia está por encima de todo”: “La vacuna es una cuestión científica y es la solución para esta pandemia”.

Oportunidad para aprender y mejorar

Los momentos tan duros que se vivieron en los meses más complicados de la pandemia en algunos centros de mayores ha marcado a trabajadores y residentes, así como a los familiares de los ancianos. La delegada sindical se muestra optimista y no cree que algo tan difícil y trágico ocurra en una posible tercera ola, asegurando que ya en la segunda la saturación y el colapso no fueron los mismos.

Por su parte, Miguel Vázquez muestra su miedo a que algunas residencias “no estén preparadas para afrontar futuras pandemias”. “El paso del coronavirus deja muchas ganas de que las cosas cambien, porque lo que se ha vivido ha tenido unos efectos más trágicos debido a que había una situación denunciable e indeseable en la atención a los mayores”.

En este sentido, Vázquez señala los aspectos a trabajar, ya que su deficiencia ha sido evidente en estos meses: “Habrá que revisar las ratios, formar a los trabajadores en pandemias, establecer cauces de participación para los familiares, mejorar la atención y, desde luego, replantearse el tema de la desproporción entre lo público y lo privado para favorecer y fomentar lo público”. “No se puede hacer un negocio a costa de los mayores, es una inmoralidad”, sentencia.