Con el Open Arms atracado en Burriana (Castellón) y la agenda apretada después de estrenar Origen, un documental que pretende mostrar la realidad de jóvenes emprendedores en Senegal sin caer en la trampa del paternalismo europeo tan prolífico en la industria audiovisual. Así es como ha atendido a las preguntas de ElPlural.com Òscar Camps (1963, Barcelona), quien, desde hace cinco años, dirige una oenegé dependiente de las donaciones de particulares cuya principal misión es proteger con su presencia en el mar a aquellas personas que intentan llegar a Europa huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza.

Vilipendiada por gobiernos, atemorizada en alta mar y retenida contra su voluntad, Proactiva-Open Arms ha salvado del abismo del Mediterráneo a más de 60.000 personas. Desde entonces, 35.000 víctimas no han corrido la misma suerte. Fallecimientos que se actualizan en cifras oficiales que no recogen la realidad de una travesía que deja a muchas más personas sin nombre tras de sí. 

Contra el pacto de la vergüenza europeo, contra las limitaciones a las organizaciones humanitarias, contra la represión policial y el ostracismo con el que son recibidas sus demandas por parte de las administraciones. De carácter fuerte, el barcelonés arremete contra la injusticia en una entrevista cargada de reproches. Pero no todo es negativo, Matteo Salvini será procesado por la justicia italiana tras una lucha silenciosa en los tribunales que la fundación acaba de vencer: "Ladran, luego cabalgamos".

PREGUNTA: Primer paso de una carrera judicial ganada. El Senado italiano retiró este jueves la inmunidad parlamentaria a Matteo Salvini y podrá ser procesado por la justicia. ¿Cómo se recibe esta noticia en la organización?

RESPUESTA: Es extraño que en la arena política se pueda eximir a alguien de asumir la responsabilidad de un delito. Independientemente, agradecemos al Senado italiano que decidiera que Salvini puede ser juzgado, ya que esto nos hace pensar que por fin se podrá investigar la impunidad descarada del ex primer ministro italiano en su ataque constante a todas las organizaciones humanitarias que actúan donde se vulneran los derechos humanos, se tortura, se secuestra y se esclaviza.

Hasta ahora todos hemos sido víctimas de estos ataques. Nos han disparado, secuestrado y nos han culpado hasta de la lluvia llamándonos traficantes, grupo criminal, delincuentes... Después de cinco años, resulta que los que cometen delitos no somos nosotros, sino que son los que nos acusaban de toda serie de injurias. Ahora todo queda en manos de la Fiscalía, que deberá encargarse de dirimir si ese sufrimiento innecesario causado a 160 víctimas de torturas y abusos que llevábamos a bordo puede ser constitutivo de delito.

P: Salvini ha afirmado que se defenderá y no le han faltado apoyos. En lo político, resurgen con fuerza movimientos identitarios, nacionalismos recalcitrantes que levantan muros en pleno siglo XXI. Hablábamos del caso italiano, pero tenemos a Orbán en Hungría, a Le Pen en Francia, a Kaczyński en Polonia o a Abascal en España.

R: Es el discurso fácil. Se trata de diferenciar al otro mediante el miedo. Nos van a quitar el trabajo, nos robarán, nos traerán enfermedades, nos dejarán sin pensiones. Es muy fácil que buena parte de la sociedad crea en este contenido tendencioso, especialmente en momentos de crisis.

Hablamos de la inmigración subsahariana cuando ni siquiera es un 27% del total de la inmigración irregular que llega a España. El resto llega en avión, por lo que realmente se está criminalizando la pobreza. Llevamos décadas permitiendo toda serie de atropellos en su continente de origen.

Después de cinco años, resulta que los que cometen delitos no somos nosotros, sino que son los que nos acusaban de toda serie de injurias

P: Hablando de la criminalización de la pobreza, la última medida propuesta por Vox fue que la Armada española hiciera un bloqueo naval para frenar a las pateras “por la fuerza”.

R: ¿Habría que poner baterías antiaéreas en Barajas para evitar que aterricen inmigrantes irregulares en España? Se está desmidiendo este discurso xenófobo. No tiene ningún sentido hacer caso a estos argumentos que no tienen una base sólida en las cifras. Utilizar estos discursos es muy fácil para quien no tiene nada más que decir. Discursos de bar, de los que se pronuncian con dos carajillos y una cerveza quedándose tan pancho.

La única manera de combatirlo es mediante la cultura, la lectura y viajando. La ignorancia es el peor racismo que hay.

P: Un discurso tabernario que cala por su fuerza propagandística. ¿Cómo se recibe que les llamen traficantes de personas o les acusen de estar a sueldo de las mafias?

R: Nosotros seguimos y seguiremos haciendo lo mismo. Incluso después de secuestrarnos en aguas internacionales, pasando unas horas muy peligrosas donde nos amenazaron de muerte en alta mar y nos dispararon para amedrentarnos. Debemos seguir haciendo lo mismo que hasta ahora porque vamos en buen camino, ya que no solo nos acompaña la sociedad civil sino que la justicia empieza a moverse.

Por mucho que algunos políticos intenten inventarse delitos donde no los hay, tenemos a la justicia que, por lo menos en Italia, está muy separada del poder. Fuimos los únicos que agotamos los cauces legales incluso recibiendo las críticas del gobierno español. Sabíamos que estábamos cumpliendo con la legalidad más estricta y los tribunales nos han dado la razón.

Como decía Don Quijote: "Ladran Sancho, luego cabalgamos". Mientras sea la extrema derecha quien nos difame, estaremos haciendo lo correcto.

P: Me hablabas del Gobierno español. Empezó su andadura permitiendo el desembarco de más de 600 migrantes del ‘Aquarius’, pero, apenas un año después, retuvo tanto al Open Arms como al Aita Mari durante un tiempo de vital importancia.

R: España siempre ha sido pionera. Fue el primer país que externalizó fronteras mediante un acuerdo secreto del que se desconocen los pormenores con Marruecos, marcando así el camino al resto de la Unión Europea. Ellos tomaron nota y lo hicieron con Turquía a través de Grecia mediante el famoso acuerdo de la vergüenza, y ahora vemos como Italia y Malta acuerdan con Libia la retención por la fuerza y contra su voluntad de las personas que están en tránsito.

Nuestro Gobierno también fue pionero en utilizar el mecanismo administrativo para bloquear barcos humanitarios, reteniéndonos a nosotros y al Aita Mari. Además, cabe recordar que las multas de un millón de euros por rescatar no provienen de Salvini, provenían de España y el gobierno italiano se sumó. Conte, de hecho, sigue haciendo lo mismo.

Sabíamos que estábamos cumpliendo con la legalidad más estricta y los tribunales nos han dado la razón.

Las inspecciones que realizan a los buques humanitarios son durísimas. Esto nos ha perjudicado a todos: nos lo hizo en enero el gobierno español y ahora es Italia. Nuestro objetivo no es rescatar, es monitorizar y plasmar la realidad, pero si nos encontramos con situaciones límite actuaremos, como lo hemos hecho siempre.

P: El Gobierno se pone de perfil ante sus críticas mientras vende armamento cada año por cantidades milmillonarias, incrementando incluso los negocios con regímenes como Arabia Saudí. ¿Es desolador?

R: Yo ni siquiera me iría a países extranjeros. Cada año nos cuesta 18.000 millones el Ejército mientras que a Sanidad se destinan 4.500 y a Educación 2.500. No hay que ir más lejos. Deberíamos replantearnos cómo gestionamos el presupuesto y repasar ciertos protocolos policiales. 16 guardias civiles han salido libres tras sus ataques en la frontera sur: ¿nadie dio la orden? Hay que cambiar muchas cosas.

P: ¿Habéis recibido alguna llamada de las administraciones interesándose por vuestra labor, ofreciendo ayuda?

R: No se preocupó ni el Ministerio de Exteriores cuando estuvimos bloqueados en aguas italianas. Nadie nos llamó ni nos preguntó cómo estábamos cuando éramos asediados por barcos militares y guardacostas. Lejos de preguntarnos, incluso se nos criticó y juzgó. Los padres de los tripulantes sufrieron por lo que se decía de sus hijos. Todo el mundo sufrió menos nuestro ministro de Exteriores.

Poco a poco prevalecerá la verdad. La historia nos pondrá a cada uno en nuestro lugar. Hoy nos dicen que somos los malos de la película, aunque trabajemos expuestos a vejaciones en zonas de conflicto. Ya veremos cómo juzga el tiempo lo que está sucediendo en el Mediterráneo, donde han muerto 35.000 personas en los últimos seis años.

P: ¿Cuánto tiempo lleváis atracados?

R: En febrero enviamos un mayday cuando llevábamos 130 personas a bordo. Vinimos a España para reparar los desperfectos y nos pilló la pandemia en medio de una campaña de recogida de fondos que, no solamente se detuvo, sino que fue destinada en parte a la lucha contra el COVID atendiendo a los ancianos de las residencias en Cataluña.

Desde marzo hasta ahora, el Open Arms ha estado en reparación en Burriana y ya le quedan 7-10 días. El Astral, por su parte, estaba camino del Atlántico y allí nos pilló el confinamiento. Dependemos de las donaciones y vamos al día.

P: Un tiempo muy valioso el perdido. Según la Organización Internacional de las Migraciones en 2019 murieron 1.300 personas en el Mediterráneo. ¿Qué le parecen las cifras?

R: Solamente en Libia, en Trípoli, hay más de 2.000 desembarcados desaparecidos y rescatados por el grupo armado libio al que Europa define como guardacostas. Sacarlos del mar para matarlos en tierra no es la solución. Esta lista de fallecidos deberemos rehacerla.

Los que mueren en el desierto, en los centros de detención ilegales en Libia y en el mar son lo mismo. Ni siquiera los 1.000 del mar son ciertos, ya que son cifras oficiales.

P: Para cerrar, esta semana escuchamos los motores del Open Arms rugir a través de las redes sociales. ¿Cuándo volverá a zarpar?

R: El Open Arms es el barco más peligroso del Mediterráneo actualmente. Es el único barco retenido en cuatro o cinco países de la UE en el mismo año, así es que deberemos pasar las inspecciones necesarias para prepararnos ante la minuciosidad de las autoridades. Tenemos que ser muy meticulosos, y eso puede retrasarnos la partida: si esas inspecciones se hicieran a todas las flotas pesqueras, no comeríamos pescado en Europa.