El Obispado de Astorga (León) permitió dos homenajes en Tábara al cura José Manuel Ramos Gordón a pesar de haber abusado de varios niños cuando era docente del Seminario Menor de La Bañeza, hace tres décadas.

El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, mantuvo en secreto la condena al cura de “privación del oficio de párroco” en un proceso canónigo, en el que reconoció los abusos. El silencio del prelado permitió que José Manuel Ramos Gordón fuera homenajeado, el pasado octubre, en Tábara, donde estuvo al frente de la iglesia durante 26 años.

En el homenaje participaron autoridades y fieles que no conocían el pasado pederasta del cura. José Manuel Ramos Gordón recibió un pergamino en agradecimiento por los servicios prestados y luego fue protagonista de un banquete. En septiembre pasado, el cura recibió otro homenaje de la cofradía de la Virgen del Carmen y se le entregó una placa de recuerdo, según desveló La Opinión de Zamora


El obispo critica ahora los "deplorables" hechos

Hace dos días, el obispo de Astorga, hizo público un comunicado, en el que manifestó "el profundo dolor de la Iglesia y el suyo propio “por hechos tan deplorables" que han causado sufrimiento a alumnos” del Seminario Menor de La Bañeza. Según explicó, con decreto del 6 de mayo de 2016 el Obispado ordenó que se ejecutaran una serie de medidas contra el cura que fueron ratificadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe:  la privación del oficio de párroco durante un periodo no inferior a un año con seguimiento tutelado por otro sacerdote, la realización de ejercicios espirituales de un mes y el desarrollo de labores asistenciales en favor de los sacerdotes ancianos e impedidos. El cura lo "aceptó con espíritu de humildad y arrepentimiento”, añade la explicación del Obispado.

"Mi hermano se escondía... 'yo sé que él va a venir'

En 2014, una de las víctimas envió una carta al Papa Francisco en la que le contó los abusos que sufrió él, su hermano y dos niños más, que entonces tenían entre 13 y 14 años, en el seminario, en el curso 1988-1989.

La víctima contó cómo el entonces tutor les visitaba en sus habitaciones durante las noches, que "se habían convertido en miedo”, confesó esta persona, que hoy tiene 41 años y sufre secuelas psicológicas.

Más de una vez encontré a mi hermano escondido en los baños, con el rostro desencajado, los ojos llorosos y temblando. Recuerdo decirle: ‘Vamos a la cama’. Y él, con los labios tiritando’ responder: ‘No, sé que él va a venir”, contó la víctima al Papa.

El rector y otro tutor ignoraron las denuncias
Lo peor fue que los hermanos denunciaron los abusos al rector del Seminario, Gregorio Rodríguez (hoy fallecido), pero éste “no hizo nada”. Los abusos continuaron y los menores fueron a hablar con el tutor de sexto curso, Francisco Javier Redondo (hoy vicario episcopal de Ponferrada), que también les ignoró, “dejándonos a merced de los caprichos sexuales de don José Manuel”, contó la víctima en su carta al Papa.

Tras acabar el curso escolar, Ramos Gordón dejó el seminario y se convirtió en cura de Tábara.