La tuitera Andrea Menéndez Faya (@MenendezFaya) ha contado a través de un duro hilo de Twitter el proceso que sufrió su hermana después de que fuera diagnosticada con ELA y cómo pidió a su familia "que en el momento en que ella quisiera morir lo hiciéramos posible".
A través de su relato, Andrea narra el sufrimiento que pasó su familia ante la evolución de la enfermedad y el efecto que estaba ejerciendo sobre su hermana, además de la dificultad de poder hacer cumplir su promesa. "Aquella conversación, una semana antes de mi cumpleaños, fue un rosario de promesas que después vimos que no era tan fácil cumplir. Mi hermana habló con todos los médicos que la vieron de sus deseos de morir y la respuesta siempre fue el silencio, la recomendación de un psicólogo o los "da igual que no puedas moverte, puedes respirar, aprovecha". No tengo quejas sobre los tratamientos médicos que tuvo durante los 3 años que duró la enfermedad, pero sí sobre ese cuidado psicológico. Convencer a alguien de que viva porque puede, cuando no quiere vivir así, no es una solución", explica.
Ante la falta de legislación sobre una muerte digna, Andrea destaca la importancia del aspecto psicológico y la depresión que sufría su hermana. "Mi hermana no quería salir a la calle para que nadie la mirara con pena, tenía las visitas muy muy acotadas, no quería hablar por teléfono porque casi no se le entendía, y su preocupación estaba más en cómo nos consumía a nosotros que en ella misma. En especial a mi padre que en julio del año pasado tuvo que ser ingresado por una insuficiencia cardíaca grave. Ahí empezó la cuesta abajo. Al dolor físico se le sumó una carga emocional: se culpaba de lo que le había pasado a mi padre. Ahí empezó, noche a noche, a pedirme que la asfixiara con la almohada, que buscara hierbas venenosas, lo que fuera. Ahí empezó a írsele la cabeza", señala.
Tras sumar al problema psicológico el dolor físico, Andrea cuenta cómo su hermana pedía acabar con el sufrimiento: "Mi hermana le pidió que se acabara. Se lo pidió a ella. "No puedo más, quiero que se acabe". En aquel momento, ya solo entendía yo lo que decía. -¿Estás segura, Valentina? -Por favor -Pues si estás segura, no hay más que hablar". "Mi hermana pidió incesantemente morir, en especial durante el último año de la enfermedad. Y no fue hasta llegar al punto de no retorno físico, hasta que su sistema respiratorio empezó a colapsar y la agonía de cada noche la iba destrozando más y más, cuando pudo decidir", explica Andrea.
Tras narrar todo lo sucedido, la tuitera lanza el siguiente alegato en pos del derecho a tener una muerte digna: "No podemos obligar a un enfermo a sufrir durante años y, como decía mi hermana, dejarles tirados esperando a la muerte. No podemos obligar a un enfermo a sufrir durante años y, como decía mi hermana, dejarles tirados esperando a la muerte. A día de hoy, seguimos esperando a que una persona con una enfermedad degenerativa, incurable, intratable, pueda descansar cuando lo decida. No les hagan llegar a donde han hecho prometer que no llegarían".
