El cartero que se dedicaba a robar cartas de entidades bancarias a los vecinos de El Casar, municipio de Guadalajara, ya conoce su sentencia. El que fuera trabajador de Correos se hacía con las misivas de las entidades financieras, concretamente del Banco Santander, en las que se incluían tarjetas de crédito y las claves asociadas para, posteriormente, acudir a cajeros y retirar dinero en efectivo de por lo menos 15 ciudadanos.

El Tribunal Supremo confirma la condena de tres años y seis meses de prisión al cartero por sustraer más de 20.000 euros de diversos cajeros de todas España (Guadalajara, Madrid, Gandía, Almería, Murcia y Málaga). Lo hechos se desarrollaron durante un año entero, mientras el condenado trabaja en la localidad guadalajareño.

Una vez en posesión de las tarjetas y los códigos de seguridad, el cartero acudía a los cajeros, de donde retiraba cantidades que oscilaban entre los 40 y los 1.000 euros, aunque en la mayoría de las ocasiones optaba por cantidades entre los 500 y los 600 euros.

Por todos estos hechos, la Audiencia de Guadalajara le había condenado a tres años y medio de presión y a pago de 22.900 euros a la entidad financiera afectada en concepto de responsabilidad civil, al haber incurrido en un delito continuado de infidelidad en la custodia de documentos en concurso medial con un delito continuado de estafa. Posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla – La Mancha ratificó la condena, pero el condenado no quedó conforme.

El cartero, que bien podría ser el protagonista de aquella canción de Melendi en la que tampoco llegaban las cartas, denunció que la sentencia se sustentaba en “conjeturas y suposiciones” debido a las faltas de pruebas directas que pudiesen probar que se había hecho con las tarjetas y los datos privados necesarios para su activación y uso. Asimismo, también aseguraba que no se le podía ubicar retirando el dinero. "El Jurado se ha decantado en todo momento por la interpretación de unas pruebas poco o nada sólidas", espetó.

No obstante, el Alto Tribunal no ha atendido sus quejas y considera “inevitable” su autoría, apoyándose en hasta nueve indicios. Solo siete carteros se desempeñan en El Casar y, al no estar forzados los buzones, tenía que ser uno de ellos. La jefa de reparto de la oficina de Correos, al reconocer al acusado en unas imágenes que grababan las sustracciones, terminó por señalar al acusado. Posteriormente, fue geolocalizado en las inmediaciones de los cajeros retirando dinero.

 "El acusado sufría una precaria situación económica" y "las extracciones se hacían siempre de los cuatro días después de los que el acusado trabajaba", aclara el Tribunal. Explicación que les lleva a concluir que "es claro que todos los indicios apuntan en una única dirección".