La Dirección General de Tráfico lleva años apostando por los radares Velolaser, que con un tamaño inferior a los 50 centímetros y menos de dos kilos de pesos, se controlan de forma remota y pasan desapercibidos por los conductores, por lo que son conocidos como invisibles. Pueden multar el exceso de velocidad hasta con 600 euros.

Estos radares están colocados estratégicamente en casi todas las carreteras españolas para detectar el exceso de velocidad y también el uso del móvil al volante, que conclleva una multa de 200 euros o no llevar correctamente el cinturón de seguridad (200 euros). Son capaces de detectar a los infractores que pasen entre los 15 hasta los 50 metros, hasta dos carriles de su ubicación y con un rango de actuación que alcanza medidas que van desde los límites de 30 km/h a 250 km/h. Cuentan con un margen de error del 5%, funcionan tanto de día como de noche y envían notificaciones de sanción a vehículos ocultos situados a una considerable distancia, según adelanta Nius.

Los detectores de radares no los ven

La DGT ha instalado 60 radares de este tipo desde la Semana Santa de 2018. Pueden estar colocados sobre una señal, anclados sobre un trípode, o en los propios vehículos y nmotos de la Guardia Civil. El Velolaser utiliza como medidor las ondas del llamado efecto Doppler, las cuales trabajan en un espectro distinto, por lo que consigue ocultarse de los detectores de radares. "Al ser muy pequeño es muy fácil de instalar, se coloca en sólo un minuto y así se evita que los que infringen la ley notificando dónde están los radares móviles se encuentren con más problemas", aseguran fuentes de la DGT. 

La DGT anunció una veintena de radares más

Los accidentes de tráfico provocados por el exceso de velocidad es una de las principales preocupaciones de la DGT por su alto índice de muertes y por ello ya anunció a principios de año que ampliaría su línea de radares de velocidad de la Red de Carreteras del Estado durante el primer trimestre. Se trata de la instalación de 26 nuevos dispositivos con el objetivo de reducir en un 50% el número de siniestros y fallecidos en las carreteras.

Esta veintena de escáneres de velocidad se sumarán de forma gradual a los 780 radares fijos, 545 móviles y 92 de tramo que ya están funcionando en las vías. Concretamente habrá una ampliación de dos tipos de vigilancia de Tráfico: 16 radares de tramo (entre los que habrá antifrenazo y en cascada) y 10 de tipo fijo que irán rotando por 20 cabinas. 

Los radares que más recaudan

Localidades como Barcelona, Castellón, Ibiza o Salamanca han anunciado que implantarían nuevos radares, según medios regionales. La ciudad condal sería la que más dispositivos de control instalaría, concretamente más de 30, por lo que se pondría por delante de Madrid. Tal y como señalan dichos medios, la organización quedaría así: en Castellón un radar a la salida del túnel de la Avenida Lledó, en el túnel de la Ronda Sur en dirección a la Avenida Valencia y en esta avenida en dirección al centro de la ciudad.

En Salamanca, la ubicación de los radares sería en el paseo de la Transición y la avenida de Comuneros, mientras en Ibiza se pondrían en la carretera de Sant Carles, en la avenida de Es Cap Martinet, en la EI-600 en Can Negre y en el Camí Vell de Sant Mateu. 

El radar que más dinero recauda es el que se localiza en el kilómetro 246 de la A-7 de Málaga. Este resgistró nada menos que 48.771 denuncias en 2020, según AEA. En segunda posición se encuentra el radar que correspone al kilómetro 478 de Valencia de la AP-7. Este apenas "multó" a 1.000 personas menos que de Málaga (47.711). El tercer radar que más recaudó está situado en el kilómetro 13 de Madrid, en la A-4, con 37.316 multas.