Este miércoles 1 de noviembre de 2023 es festivo en toda España con motivo del día de Todos los Santos. Se trata de uno de los últimos días festivos del calendario laboral de 2023, por delante del 6 y 8 de diciembre (día de la Constitución y de la Inmaculada Concepción respectivamente) y la Navidad. Sin duda, es una fiesta muy arraigada, pero ¿cuál es el origen de esta?

El origen de esta festividad

El origen del día de Todos los Santos se remonta al año 835, cuando el Papa Gregorio IV proclamó esta festividad. La elección de la fecha del 1 de noviembre no fue casual. En esa época, los pueblos germánicos celebraban una de sus festividades, y la Iglesia católica buscaba eliminar las celebraciones de origen pagano. Por lo tanto, se decidió establecer una festividad que honrara a los santos, convirtiendo el 1 de noviembre en una fecha de importancia religiosa en lugar de las celebraciones paganas previas.

Lo curioso es que este día de Todos los Santos se relaciona con la tradición de llevar flores a los cementerios; sin embargo, en realidad esta tradición viene por el Día de los Fieles Difuntos, que tiene lugar al día siguiente, el 2 de noviembre, que es cuando verdaderamente se conmemora a los muertos. Sin embargo, la tradición ha querido que realmente asociemos el hecho de acudir al cementerio por los Santos y no por los difuntos.

En todo caso, si hay una tradición que cada vez está más arraigada en estas fechas es, sin duda, la de Halloween. Tiene lugar en la víspera de Todos los Santos y, aunque es de origen anglosajón, lo cierto es hoy en día es muy popular. En esta noche, los niños se disfrazan, las calles se decoran con calabazas talladas y se organizan fiestas temáticas. Aunque Halloween y el Día de Todos los Santos son festividades con raíces diferentes, la diversidad cultural en España ha permitido que ambas celebraciones coexistan en el calendario festivo del país.

¿Por qué se llevan flores a los cementerios en el festivo del 1 de noviembre?

Cada 1 de noviembre, en el Día de Todos los Santos, los cementerios de España se transforman en un mar de colores y fragancias, ya que las personas acuden para honrar a sus seres queridos fallecidos llevando consigo ramos de flores frescas. Si bien este gesto de respeto y amor es una tradición profundamente arraigada, pocos conocen la historia detrás de este acto. Más allá de su belleza estética, las flores desempeñan un papel fundamental que se remonta a siglos atrás.

El acto de llevar flores a las tumbas en el Día de Todos los Santos es, ante todo, un gesto de respeto y amor hacia los difuntos. Las flores se consideran un símbolo de vida, belleza y fragilidad, lo que las hace apropiadas para expresar los sentimientos de afecto y respeto hacia aquellos que han partido. La tradición de colocar flores en las tumbas es una forma de mantener vivo el recuerdo de los seres queridos y rendir homenaje a su memoria. En todo caso, algunas teorías afirman que el hecho de llevar flores a los muertos tenía una función eminentemente práctica. Y es que en tiempos pasados, la conservación de los cuerpos en los cementerios no siempre era eficiente, lo que a menudo resultaba en olores desagradables. Las flores, con sus fragancias naturales, desempeñaban un papel importante al neutralizar estos olores desagradables. Por lo tanto, además de ser un gesto de respeto, las flores cumplían una función práctica en los cementerios.

¿Por qué el crisantemo es la flor de los muertos?

Una de las flores más habituales en los cementerios en estas fechas es el crisantemo, que es una flor que comienza a florecer en esta época, de ahí que sea muy típico verlas en los cementerios en estas fechas. Además, en países como Japón es la flor nacional del país y, de hecho, el 9 de septiembre celebran su día, y además para los nipones representa la vida eterna.