La retinosis pigmentaria y la amaurosis congénita de Leber son enfermedades oculares genéticas raras que conducen a la ceguera.

La primera se caracteriza por la destrucción gradual de algunas células de la retina, lo que causa la pérdida lenta y progresiva del campo y la agudeza visual.

La segunda, la amaurosis congénita de Leber, es una distrofia de la retina que aparece de forma muy precoz después del nacimiento y se asocia a una discapacidad visual grave ya en el primer año de vida.

Aunque son patologías genéticas, no existe un solo gen responsable de todas ellas, sino que existen numerosos genes que puede ocasionar estas enfermedades, pero los estudios diagnósticos actuales, incluso con la aplicación de la secuenciación masiva, no siempre permiten identificar el mecanismo genético causal.

Ello es debido a que a veces la alteración genética se encuentra en alguno de los genes conocidos, pero dentro de una región que no se estudia de forma habitual (regiones no codificantes o reguladoras) o bien ocurre en regiones del ADN que por su estructura química son difíciles de detectar (regiones altamente repetitivas). También puede suceder que la alteración sea debida a mutaciones en genes que hasta ahora no se han asociado a estas enfermedades. Todo ello ocasiona que se pierda información sobre el mecanismo genético en ciertos casos con DHR. 

Por ello, ONCE y el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) trabajan para tratar de determinar la causa. “Hasta la fecha, en varios de nuestros casos, o se ha identificado un único alelo patogénico en un gen recesivo, (casos incompletamente caracterizados) o no se ha identificado ninguna variante causal”, explica Carmen Ayuso, coordinadora del proyecto y directora del IIS-FJD.

Esta investigadora, Premio Nacional de Genética en 2017, lleva, junto a su grupo, 29 años estudiando a nivel molecular, epidemiológico y clínico las distrofias de retina.

En este tiempo han analizado miles de casos. “Se han estudiado más de 4.000 familias distintas con un total de más de 7000 pacientes afectados, lo que supone aproximadamente el 50% de los existentes en España, y se han caracterizado genéticamente más de la mitad de los mismos”, detalla la Dra. Ayuso.

Objetivo: identificar la causa molecular

Este proyecto persigue identificar la causa molecular de ambas enfermedades. Para ello se aplicará “una estrategia de caracterización molecular y funcional, mediante re-análisis bioinformático y secuenciación masiva (NGS)”, precisa la directora del proyecto.

Lograrlo, permitirá facilitar el diagnóstico de estas patologías, así como las estrategias de tratamiento y el asesoramiento genético. Del mismo modo, alcanzado el objetivo, los pacientes podrán ser incluidos en los ensayos clínicos que están en marcha o en los que se desarrollarán en el futuro.

Equipo del IIS FJD que estudia las causas de la retinosis pigmentaria y la amaurosis congénita

La ONCE con la investigación

La ONCE, a través de estas colaboraciones, persigue estimular el conocimiento científico más avanzado e innovador sobre la ceguera y la deficiencia visual, a fin de fomentar su prevención y el desarrollo de terapias efectivas.

La entidad, además de desarrollar diferentes acciones que favorecen la inclusión social, los derechos y la igualdad de oportunidades de sus afiliados, está comprometida con el impulso de la I+D+I en materia de ceguera y apoya diferentes proyectos de investigación relacionados con aquellas patologías oftalmológicas que con más frecuencia causan ceguera total o parcial.