La noche de Halloween suele ser también conocida como Noche de los Muertos. Sin embargo, lo que nadie esperaba, hace ya una década, es que una avalancha en el recinto ferial Madrid Arena se cobrara la vida de cinco chicas. Tras la tragedia se cancelaron infinidad de eventos y se cerraron otros cuantos recintos que, a día de hoy, aún permanecen con el cerrojo echado.

La avalancha del Madrid Arena caló hondo en el sentir de la población, lo que hizo que las administraciones y organizaciones mejoraran los controles y protocolos de acceso de los distintos recintos feriales y de espectáculos.

Diez años de una tragedia que parece seguir presente con otras ocurridas este fin de semana en Seúl con 153 muertos y 133 heridos o con una fiesta celebrada en Sevilla donde 13 menores tuvieron que ser atendidos por desvanecimientos y crisis de ansiedad.

Mejora en las medidas, pero no la suficiente

Un exceso de aforo fue el causante de la avalancha del Madrid Arena la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre del 2012. Una tragedia que conllevó la condena del organizador del evento, Miguel Ángel Flores por la muerte de cinco chicas mientras actuaba el conocido DJ Steve Aoki.

Aunque la seguridad en los eventos ha mejorado, aún continúa habiendo lagunas legales en las medidas. Una de ellas hace referencia a la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid, que aún no ha desarrollado ninguno de sus mandatos.

De acuerdo con la normativa, “La Comunidad de Madrid determinará reglamentariamente los espectáculos, actividades y establecimientos que por su naturaleza, aforo o incidencia en la convivencia ciudadana deberán implantar medidas o servicios de vigilancia, así como las características de los mismos”. Sin embargo, aún no se ha aprobado ningún reglamento al respecto.

Tampoco existe ninguna norma que especifique como deben ser esos servicios de vigilancia ni que características y comportamientos debe reunir el personal responsable de velar por la seguridad de los asistentes.

La empresa encargada de la seguridad del evento del Madrid Arena, Kontrol 34, también fue condenada por el caso, ya que seleccionó a personal no cualificado para llevar acabo estas labores. Un equipo que no supo como reaccionar ante la avalancha de gente.

Con respecto a otras lagunas legales, la misma ley establece “disponer de personal para el desarrollo de la actividad de control de acceso en espectáculos públicos, actividades recreativas, establecimientos, locales e instalaciones sin el certificado acreditativo de la Comunidad de Madrid, así como el incumplimiento de las medidas o servicios de vigilancia obligatorios”. No obstante, las sanciones no podrán ser aplicadas puesto que la normativa aún no ha sido regulada.

El aforo, otra asignatura pendiente

La regulación del aforo es un aspecto que se comenzó a someter a fuerte revisión desde la avalancha del Madrid Arena. Sin embargo, aunque el aforo general suele controlarse, el aforo parcial queda en un segundo plano.

La distribución interna fue uno de los problemas principales de la tragedia del 2012. Con el inicio de la actuación del reconocido DJ, el público situado en zonas superiores bajó a pista, personas que se unieron con las que estaban fuera del recinto, produciéndose una gran aglomeración de personas en muy poco tiempo.

Supervisión de las medidas

Los permisos y los trámites burocráticos para celebrar un evento recogen todo lo necesario: el tipo, las características técnicas del espacio, el aforo previsto y máximo, etc. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, tras el visto bueno de los técnicos municipales, es rara la ocasión en que los servicios públicos se personan en el evento para supervisar si lo acordado se cumple.

Este lunes por la tarde, la familia y allegados de las cinco jóvenes fallecidas depositarán flores y velas en un pequeño acto celebrado en la Plaza de Cristina Arce y Rocío Oña (nombre de dos de las fallecidas), enclavada en el madrileño barrio de Alameda de Osuna, junto a una placa que reza “planto tu recuerdo muy hondo para que florezca bien alto.”