CaixaForum Madrid acoge hasta el próximo 14 de septiembre la exposición ‘Voces del Pacífico’, una propuesta hecha en colaboración con el British Museum, que nos ofrece una perspectiva única de la cultura y manifestaciones artísticas de estos pueblos del Pacífico tan lejanos y, a la vez, tan cercanos. “Desde Europa vemos esta inmensa región oceánica como algo aislado, exótico y remoto”, argumentó Julie Adams, comisaria sénior de Oceanía del British Museum y responsable del montaje de esta impresionante muestra, para instarnos a desterrar estos estereotipos. “Las islas son pequeñas, sí, y distantes entre sí, pero el océano es como una autopista que las conecta”, subrayó.

La doctora Julie Adams, comisaria sénior de Oceanía del Departamento de África, Oceanía y las Américas del British Museum, Isabel Fuentes, directora de CaixaForum Madrid, y el artista de origen maorí George Nuku. © Fundación "la Caixa"
La doctora Julie Adams, comisaria sénior de Oceanía del Departamento de África, Oceanía y las Américas del British Museum, Isabel Fuentes, directora de CaixaForum Madrid, y el artista de origen maorí George Nuku. © Fundación "la Caixa"

Un inmenso mapa de Oceanía recibe al visitante al inicio de la exposición, con Nueva Guinea y Palos al oeste y Rapa Nui (Isla de Pascua) al este, separadas por las aguas del Pacífico. La propuesta deja fuera a Australia debido a su volumen y enorme variedad cultural, para poner el foco en las tradiciones culturales que unen a todos estos pueblos, unidos por un océano que cubre casi una tercera parte de la superficie terrestre.

Los primeros pobladores llegaron hace 60.000 años y desarrollaron todo tipo de conocimientos para poder navegar. Se convirtieron en expertos en grandes distancias y, mucho antes de que los europeos llegaran, ya llevaban vidas cosmopolitas. Pero el océano también se convirtió en una fuente de inspiración artística.

“En Oceanía lo contemporáneo siempre está en diálogo con el pasado”, argumenta la comisaria, que nos ofrece un recorrido estructurado en siete ámbitos temáticos a través de una cuidada selección de piezas, algunas de cientos de años y otras “hechas la semana pasada”, en referencia a obras de artistas contemporáneos. “Cada objeto cuenta una historia”, subraya Julie Adams.

Paula Chan Cheuk. Vestido de boda de tela de corteza, 2014. Aotearoa (Nueva Zelanda). Corteza de morera de papel, hoja de pandano, fibra de coco, concha de madreperla y harakeke (lino de Nueva Zelanda). © The Trustess of the British Museum
Paula Chan Cheuk. Vestido de boda de tela de corteza, 2014. Aotearoa (Nueva Zelanda). Corteza de morera de papel, hoja de pandano, fibra de coco, concha de madreperla y harakeke (lino de Nueva Zelanda). © The Trustess of the British Museum

En total hay 210 objetos, todos ellos procedentes del British Museum, uno del Museo de América de Madrid y otro del Museu Etnològic i de Cultures del Món de Barcelona. Podemos ver, por ejemplo, un traje de novia hecho con corteza de árboles, obra de la diseñadora Paula Chan Cheuk, nacida en Samoa y que ha recuperado este material tradicional para crear prendas contemporáneas. Utilizar este tipo de vestimenta para las isleñas que viven lejos de su tierra es una forma de demostrar que mantienen su conexión cultural.

También destaca la armadura de un guerrero hecha con fibra de coco y adornada con colmillos de tiburón. Este tipo de armaduras, apunta la comisaria, se utilizaban en ceremonias rituales, no en la batalla. “Luchaban no para matar al enemigo, sino para herirlo. El que ganaba tenía acceso a los recursos”, apunta sobre la singularidad de estas culturas y su relación con el entorno.

Al principio del recorrido se muestran una decena de figuras ceremoniales procedentes de distintas islas que son testigo de la enorme diversidad creativa de la región. Este tipo de figuras podían medir hasta 21 metros de alto y albergar cientos de figuras talladas que representaban a los espíritus del clan. Destaca una figura femenina de una casa ceremonial de la provincia de Sepik Oriental, en Papúa Nueva Guinea.

Un mar de plástico

George Nuku, artista de origen maorí. © Fundación "la Caixa"
George Nuku, artista de origen maorí. © Fundación "la Caixa"

Encontramos también bailarines, canoas, cestas de pesca, cartas de navegación, remos ceremoniales, máscaras rituales y figuras de ancestros cuidadosamente talladas. Pero, sin duda, una de las propuestas más espectaculares, que cierra el recorrido, es la instalación 'Bottle Ocean 2123', obra del artista maorí George Nuku, que estuvo presente en la presentación. Elaborada con plásticos y botellas recicladas, se trata de una visión de cómo serán nuestros mares del futuro. En ese futuro distópico, convertido en metáfora visual del cambio climático, las criaturas marinas tratan de sobrevivir.

Nuku nos invitó a ver su obra con nuestros propios ojos y disfrutarla. “No me considero un artista como tal, si tuviera que etiquetarme, me calificaría de artista religioso, que en francés viene de religare, es decir, ligarnos los unos a los otros”, aseguró, y añadió que una de las cosas que más miedo le da es la falta de empatía del mundo actual: “Seamos realistas: con lo que le hemos hecho al planeta, estamos al borde del precipicio contemplando el abismo. Con mi arte quiero animar a la gente a dar un paso atrás”.

Para él, el plástico es un material “tóxico, mortal y terrible” y, al mismo tiempo, “fascinante”. “El plástico tiene cualidades divinas. Condensa luz y agua, las fuerzas mismas de la vida. Podríamos decir que el plástico es un ancestro. Procede del petróleo, que a su vez procede de los restos de antiguos bosques, de los huesos de dinosaurios, de millones de años de tierra comprimida”, asegura. Para él, no solo es pasado, también futuro. “Paseo por las calles recogiendo botellas y es como encontrar tesoros. El plástico forma parte de nuestra existencia, nos inunda y nos rodea. Está en todos los granos de arena de todas las playas. Está en la sangre de las ballenas y de los osos polares, en la tuya, en la mía, en todo y en todos. ¿Cómo es posible que no tengamos una relación teológica, filosófica o cultural con un material así?”, asegura este artista, que exhibe también un amuleto en la exposición, que hizo para conmemorar el tercer cumpleaños de uno de sus hijos.

Actividades paralelas

CaixaForum ha desarrollado un completo programa de actividades paralelas: visitas guiadas, talleres familiares sobre navegación ancestral con simulaciones en 3D y un ciclo de cine con películas como Whale Rider o Lilo & Stitch, entre otras, que refuerzan el vínculo entre cultura y medioambiente.

Voces del Pacífico es una invitación a mirar más allá del exotismo y descubrir una región cuya historia, presente y futuro resuenan también con nuestras propias preguntas sobre el planeta, la identidad y la pertenencia. Una muestra que, más que exhibir objetos, da espacio a las voces que los habitan.