Entre los días 16 y 30 de enero el Teatro Real ofrecerá doce funciones de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), en una producción procedente de la Komische Oper de Berlín, que desde su estreno en 2012 se ha presentado en varios teatros y festivales de manera casi ininterrumpida: Óperas de Los Ángeles y de Minnesota, Óperas de Düsseldorf y Duisburgo, Festivales de Edimburgo y de Sankt Poelten y una gira por las ciudades chinas de Cantón y Xiamen. Después de Madrid la producción seguirá su andadura por París y Barcelona.


El éxito de esta propuesta escénica y dramatúrgica radica en su enorme facilidad para comunicar con el público, su humor, su derroche de creatividad y los guiños cómplices al espectador a través de un universo visual tan conocido como el cine mudo de los años 20, en el que desfilan desde un galán tipo Rodolfo Valentino (Tamino) a una Pamina que recuerda a Louise Brooks en Lulu, o el Nosferatu evocado por la figura del malvado Monostatos. El inconfundible lenguaje corporal de Buster Keaton (Papageno) aflora en la gestualidad de muchos de los personajes en su diálogo con la pantalla, transformada en una escenografía virtual realizada con las más sofisticadas técnicas del cine de animación por Suzanne Andrade, Paul Barritt y su compañía 1927, creada por ambos en Londres en 2005.



La ausencia de un decorado tradicional propicia también la movilidad de la producción, que vive del talento actoral de los intérpretes, cuyos movimientos deben tener la frescura del gag y una precisión de relojería en su coordinación con la proyección de los dibujos de la pantalla.


Dos repartos corales -con Joel Prieto y Norman Reinhardt (Tamino), Sophie Bevan y Sylvia Schwartz (Pamina), Joan Martín-Royo y Gabriel Bermúdez (Papageno), Ana Durlovski y Kathryn Lewek (la Reina de la Noche),  Christof Fischesser y Rafal Siwek (Sarastro) y Ruth Rosique (Papagena), entre otros- han trabajado meticulosamente bajo la dirección de Tobias Ribitzki, asistente de Barrie Kosky y encargado de todas las reposiciones de la producción.


En esta evocación del cine mudo los diálogos hablados de La flauta mágica aparecen proyectados en cartelas y acompañados al pianoforte por Luke Green, que interpretará fragmentos de la Fantasía en Do menor de Mozart.


En el foso estará el Director Musical del Teatro Real, Ivor Bolton, titular desde 2004 de la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, donde ha dedicado más de 10 años a la interpretación del repertorio clásico en la cuna del compositor. Bolton volverá a dirigir el Coro y Orquesta titulares del Teatro Real en uno de los títulos operísticos más populares, que se presentará por tercera vez en el reinaugurado Teatro Real después de haberlo hecho en enero de 2001 (Frans Brüggen / Marco Arturo Marelli) y julio de 2005 (Marc Minkowski / La Fura dels Baus).


Coincidiendo con las funciones de La flauta mágica el Teatro Real ha organizado una serie de actividades paralelas relacionadas con la ópera de Mozart y con el cine mudo de los años 20 que inspiró la dramaturgia y propuesta escénica de la producción que se verá en su escenario.