Pasadas las 19 horas de este miércoles, Màxim Huerta comparecía en el número 1 de la madrileña Plaza del Rey, sede del ministerio de Cultura, para anunciar su dimisión.

Apenas habían pasado 10 horas desde que se conociese, a través de una exclusiva de ‘El Confidencial’, que Huerta fue sancionado en 2017 a abonar 218.000 euros a Hacienda por los impuestos que dejó de pagar en 2006, 2007 y 2008. Una época en la que el entonces presentador en ‘El programa de Ana Rosa’ (Telecinco) ingresó casi 800.000 euros a través de la sociedad limitada Almaximo Profesionales de la Imagen.

Huerta era el único accionista y administrador de esta sociedad que le permitió al exministro tributar menos que si lo hubiera hecho como renta personal con el IRPF.

7 días como ministro: una semana para olvidar
Aunque pocos minutos después de que se conociese la noticia, Huerta apareció ante la opinión pública para defender que pagó “lo correspondiente” y que el “asunto estaba cerrado”, las críticas de la oposición y la creciente indignación ante lo desvelado acabaron provocando la dimisión del escritor y presentador de televisión.

En total, Huerta ha ejercido siete días como ministro. Una semana -sin ningún lugar a dudas, para olvidar-, que se puede resumir en 5 acontecimientos puntuales, pero extremadamente significativos.

Cinco hitos que han acabado por hacer inviable su permanencia en un Gobierno, el de Pedro Sánchez, que llegó a La Moncloa tras triunfar una moción de censura derivada de los casos de corrupción del Partido Popular y al que, por tanto, se le exige ser impoluto.