Este domingo Roman Zozulya volvía al Estadio de Vallecas, la que otrora había sido su casa pero que dejó de serlo después de que el club madrileño decidiera rescindir su contrato por los vínculos del futbolista ucraniano con el nazismo. Lo hacía vistiendo la elástica del Albacete, en un encuentro que enfrentaba al club manchego con el Rayo Vallecano y con el que se ponía el punto final a la vigésima jornada de la categoría de plata del fútbol español. Sin embargo, el choque empezó, pero no acabó, ya que fue suspendido al finalizar la primera parte tras los cánticos de “Zozulya, puto nazi”, proferidos por parte de la afición local.

Una decisión [la de suspender el partido] que ha suscitado miles y miles de opiniones, y un intenso debate entre los que avalan la resolución de no seguir con el encuentro, y los que no dan crédito a que el primer choque que se suspende en nuestro país por cánticos sea este, después de décadas y décadas de insultos machistas, racistas, xenófobos y demás que se han podido escuchar (y se siguen) en cualquier estadio de fútbol de España y del mundo entero.

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En este sentido, ha trascendido la opinión del periodista, aficionado confeso del Rayo Vallecano y autor del libro Futbolistas de Izquierdas, entre otros, Quique Peinado. Este, además de rescatar una vieja imagen de Zozulya en la que se ve al futbolista ucraniano posar en un pabellón de baloncesto luciendo los números 14, 18 y 88, cifras que utilizan los neonazis para identificarse, ha compartido un cortometraje de Bohemiam Browser Ballet de un minuto y medio de duración en el que se satiriza sobre el nazismo y que cada cierto tiempo se vuelve a hacer viral cuando surge una polémica parecida.

Captura del tuit de Quique Peinado.

“Solo soy miembro del Partido Nacionalista Obrero Alemán y la SS, eso no me convierte en nazi”, afirma el actor que hace el papel de nazi, después de que un transeúnte le acuse de simpatizar con el nazismo. “Probablemente el Führer también es nazi, ¿verdad?”, sentencia el primero, ante la mirada incrédula del segundo.