El presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, ha dicho que las obras no se podrán terminar en 2026, la fecha prevista coincidiendo con el centenario de la muerte de su arquitecto, Antoni Gaudí. La pandemia del coronavirus y la crisis económica lo hacen inviable.

Las obras están paradas desde que se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo, y los visitantes acuden al monumento solo los fines de semana y en cuentagotas, lo que ha reducido significativamente los ingresos. La situación es totalmente incierta y el futuro, también. “No estamos en situación de poder adelantar una nueva fecha”, admitió Esteve Camps, en declaraciones recogidas por El Periódico de Catalunya.

17 millones para que la Sagrada Familia siga creciendo en altura

Las obras, sin embargo, se deanudarán aunque a un ritmo más despacio y la Sagrada Familia seguirá creciendo en altura. En un par de semanas volverá a funcionar el núcleo de La Galera, donde se fabrican las grandes estructuras de piedra que luego se ensamblan en el templo. El objetivo para lo que queda de año y todo el 2021 es acabar la torre de la Virgen, la segunda más alta de la basílica (138 metros) tras la dedicada a Jesús (172,5 metros). Para ello hay reservada una inversión de 17 millones de euros, una cantidad muy alejada de los 100 millones que se invirtieron en el 2019.

Si la situación no mejora se irá más despacio, pero las obras no se pararán. “Si no es en el 2026 será en el 2030 o el año que sea, pero la haremos. Entre todos la acabaremos”, ha asegurado Camps.

El objetivo es acabar otra de las torres, una de las dedicadas a uno de los cuatro evangelistas.Cuando ésta esté completada, contará con seis cimborrios y 12 campanarios, en total 18 torres de las que en la actualidad hay construidas ocho (cuatro por fachada terminada, Passió y Naixement). 

Se pedirá donaciones en noviembre

El remate de la torre de la Virgen es tal como proveyó Gaudí como puede verse en alguna de las fotos que se conservan de su estudio: una estrella con 12 caras (un dodecaedro) y por lo tanto con 12 puntas de acero y cristal de tres metros cada una. El vidrio permitirá que el sol la ilumine de día y la luz que incorporará facilitará que se encienda de noche.   Y sus más de siete metros de punta a punta dejarán que pueda observarse desde la calle sin problema. Este último tramo no será transitable pero si lo serán los 60 metros ya levantados que funcionan como un inmenso lucernario, que  con 800 ventanas incrustadas captan la luz  para que caiga directamente encima del ábside.

En noviembre se pondrá en marcha una campaña en marcha a nivel internacional para sensibilizar de lo necesarias que son las donaciones para poder ver por fin la basílica terminada.