Aunque el porcentaje de aumento se reduce cada día, lo cierto es que las cifras del Covid-19 en España son desoladoras. Con más de 11.100 fallecidos y alrededor de 120.000 infectados, el país trata de frenar una pandemia que está haciendo estragos en la población mayor. 

Hay que tener en cuenta que este colectivo es “más vulnerable a las infecciones, y más frágil para superarlas, porque tiene menos defensas que un adulto”, explica a ELPLURAL.COM la Dra. María Herrera, jefa de los servicios de Geriatría y Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro.

A esto hay que añadir que “su pulmón es mucho menos elástico, por lo que se ventila mucho peor ante una inflamación causada por el mecanismo de defensa frente a un virus, algo que ya ocurre con la gripe estacional”, advierte.

La respuesta inflamatoria

Tratar a este tipo de pacientes es realmente complejo. Lo más complicado de esta enfermedad, aclara la Dra. Herrera, es que provoca una respuesta inflamatoria muy importante en el pulmón. “Cuando el sistema inmunitario detecta el virus, se defiende de éste intentando eliminarlo. Esto produce distrés respiratorio y es la razón por la que los pacientes necesitan mucho flujo de oxígeno para respirar, intubación en UVI y fármacos que reduzcan la inflamación”.

Fármacos que interaccionan

Sin embargo, no siempre es factible utilizar esta medicación. A la misma hay que sumar los tratamientos que ya toman los pacientes por sus enfermedades previas, y el problema en los ancianos es que “muchos de estos fármacos interaccionan con los que prescribimos contra el COVID-19, con lo cual, o no podemos administrar estos últimos o tenemos que quitarles de forma temporal medicación que es básica para ellos”, cuenta la jefa de Geriatría del Hospital de Valdemoro. En esos casos, precisa, “hay que valorarlos de forma individual en cada paciente”.

Desenlaces positivos

Sin embargo, vencer la enfermedad no es imposible para este tipo de pacientes. Lo fundamental para ello es que cuando su sistema inmunitario genere la respuesta inflamatoria contra el virus no provoque una respuesta excesiva que colapse el pulmón, lo que depende de la capacidad que tenga éste. Ello explica que, “a veces los pulmones de personas de 60 años vayan peor, porque tienen capacidad inflamatoria buena para luchar contra el virus, frente a pacientes más mayores, cuyo sistema inmune está tan débil que no provoca una inflamación tan potente”, resume la Dra. Herrera.

“Si no tienen una carga viral muy alta y el cuerpo no reacciona mucho, lo pueden superar”, afirma, recordando que en este hospital acaban de darle el alta a una paciente de 96 años, y que ya han sido varios mayores de 90.

El reto, recuperar la autonomía

Si consiguen recuperarse, además, “desde el punto de vista del pulmón, “posiblemente no queden secuelas”, apunta. Eso sí, el deterioro funcional que provoca el aislamiento en pacientes muy mayores es, en palabras de esta especialista, brutal. En mayores de 80 años recuperar toda la autonomía es muy difícil. Para ello es vital volver a adquirir destrezas y hacer rehabilitación funcional, pero hay que tener en cuenta que durante el ingreso “no puede entrar la terapia ocupacional, que les ayudaba en este sentido, y al alta tampoco podemos mandarlos a rehabilitación porque ahora no pueden venir al hospital para ello”, cuenta la Dra. Herrera. Todo ello dificulta la recuperación, aunque para facilitarla se les hace entrega al alta una tabla de ejercicios.

La soledad

Otro de los problemas a los que han de hacer frente los ancianos con Covid-19 es de la soledad. Esto les afecta “muy negativamente”, reconoce la también jefa del Servicio de Cuidados Paliativos del hospital, porque “deja muy triste a una población en la que ya existe tendencia depresiva”.

Del mismo modo, “estar en una habitación aislados les desorienta mucho, y más aún cuando las únicas personas a las que ven, los profesionales médicos, entramos con la indumentaria de protección que estamos obligados a llevar”.

Es por este motivo que la gente mayor “está haciendo mucho cuadro confusional en las habitaciones de aislamiento, porque no tienen a nadie cercano que les vaya orientando”, recalca.

En el Hospital Universitario Infanta Elena “estamos haciendo todo lo que podemos para compensar esto”, detalla, desde la instauración de una llamada telefónica diaria del equipo de Psicología y facilitar a los familiares que les llamen, hasta la implementación de un sistema de videollamada para los pacientes hospitalizados que contribuye a evitar el contagio por Covid-19 y facilita la comunicación con sus allegados, acercándoles, incluso, las tablets cuando están en áreas no habilitadas con este sistema para que puedan hacerlas.  

Adaptados a la demanda

Con el objetivo de que la atención a los pacientes sea la mejor posible, el hospital, además de estar siguiendo los protocolos del Ministerio, ha reestructurado sus instalaciones y reconvertido espacios para adaptarse a la demanda generada. Asimismo, “nos han formado a todos en autoprotección y a la Enfermería en ventilación”, subraya la Dra. Herrera.

Por otra parte, indica, “todo el hospital está volcado y todos los médicos están ayudando, independientemente de su especialidad”. Según ella misma relata, en cada planta hay un internista, dos endocrinos, digestivos... Los cirujanos y traumatólogos ayudan llevando material o pidiendo ambulancias y los oftalmólogos y otorrinos apoyan al Servicio de Atención al Paciente en las llamadas de información diarias a los familiares de los pacientes ingresados. “Todo el mundo es útil”, enfatiza esta médico.

En este sentido, recuerda, desde el principio de la crisis “hemos contado con la ayuda que nos han brindado otros hospitales del grupo Quirónsalud en Madrid, tanto públicos como privados, que nos abrieron sus puertas”. Esto, prosigue “nos ha permitido derivar algunos pacientes para poder atender a todos como necesitan”. Además, concluye, “el grupo nos ayudó en todo momento, poniendo, incluso, a nuestra disposición, ambulancias de otros centros o adquiridas para facilitar esos traslados”.