La Comisión Europea se quiere posicionar en el modelo del fútbol actual y lo hace enumerando unas recomendaciones que nada tienen que ver con el sistema predominante en el balompié europeo. La Unión Europea ha emitido un informe sobre la Política de Deporte donde se ha postulado radicalmente en contra de los denominados clubes estado (PSG, Manchester City, Newcastle…). Según El Independiente, en el escrito también se haya una oposición a que los equipos disputen los torneos internacionales por decreto, sino basándose en el mérito, por lo que ha renegado del proyecto de la Superliga.

La Comisión de Cultura y Deporte de la Eurocámara elaboró un informe que gira en torno a la Política de Deporte del a unión. El escrito está aceptado casi por unanimidad, contando con 29 votos favorables, uno en contra y una abstención. Los eurodiputados ampararon el documento y se posicionaron, en el tiempo de enmiendas, contra la Superliga y el proyecto de FIFA que proponía un Mundial cada dos años, en lugar de cada cuatro.

El informe no ha visto aún la luz y se están puliendo los últimos detalles en cuanto a su redacción se refiere. Supone un antes y un después para el Viejo Continente, pues ningún ente político se había pronunciado en el ámbito deportivo y más concretamente sobre la gestión de los clubes de Europa.

Contra los petrodólares

La Comisión Europea ha abordado el modelo de gestión de los clubes de fútbol, abrazando la idea de que éstos pertenezcan a sus socios, como ocurre en España con Real Madrid, Athletic de Bilbao, FC Barcelona y Atlético Osasuna. Eso sí, el arquetipo que defienden es el predominante en Alemania, donde obligatoriamente el 51% de cada equipo debe pertenecer a sus correspondientes socios; el 49% restante puede recaer sobre manos privadas. “Es una buena práctica”, recoge el informe.

Según el informe avanzado por El Independiente, se refleja la necesidad de proteger el capital social de los equipos europeos, renegando de los petrodólares tan populares en el fútbol moderno. Y es que la Comisión pretende liquidar este modelo que da alas a inversores y jeques, como el Manchester City, el PSG y más recientemente el Newcastle United.

No “rotundo” a la Superliga

La Comisión avala la lucha que mantiene Javier Tebas, presidente de LaLiga, desde este verano, cuando el Real Madrid intentó fichar a Kylian Mbappe, jugador del PSG. El máximo mandatario del fútbol español dijo entonces que “los clubes-estado son tan peligrosos para el ecosistema del fútbol como la Superliga”. “Fuimos críticos con ella porque destruye el fútbol europeo y somos igual de críticos con el PSG”, deslizó en su momento Tebas.

Debemos defender un modelo europeo de deporte basado en valores, en la diversidad y en la inclusión. No se trata de reservarlo para los pocos clubes ricos

Las tesis de Tebas son prácticamente idénticas a las de la Comisión Europea. De hecho, el propio organismo, al igual que el presidente de LaLiga, ha renegado del proyecto que aún mantienen vivo Florentino Pérez, Joan Laporta y Andrea Agnelli, máximos mandatarios de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín.

En este sentido, la Comisión expresa su oposición “rotunda” a las “competiciones que no respeten los valores deportivos como la meritocracia”. A pesar de los retoques que los impulsores de la Superliga han filtrado en los últimos días, el ente no ve compatible su modelo con los atributos implícitos al deporte.

“Debemos defender un modelo europeo de deporte basado en valores, en la diversidad y en la inclusión. No se trata de reservarlo para los pocos clubes ricos y poderosos que quieren romper lazos”, recoge el informe de la Comisión Europea.

En este sentido, el organismo también tiene críticas reservadas UEFA y FIFA, las dos máximas instituciones que rigen el fútbol a nivel europeo y mundial. Les exige a las federaciones tener en cuenta “el calendario establecido para los torneos internacionales y así respetar las competiciones domésticas”, haciendo hincapié en la “salud” de los deportistas. Una alusión directa al proyecto que Gianni Infantino, presidente de FIFA, pretendía implementar con la reducción de cuatro a dos años el periodo de celebración de los mundiales.