El Congreso de los Diputados es cada semana y, prácticamente, cada día, uno de los focos principales de noticias en nuestro país. Sin embargo, el motivo principal por lo que esto es así dista en la ocasión del presente artículo mucho del habitual: no hay cruces de palabras en el hecho aquí relatado, tampoco propuestas del Gobierno ni de la oposición, ni siquiera una declaración concreta de un diputado. De hecho, lo que aquí se cuenta poco o nada tiene que ver con el aspecto meramente político.

Por el contrario, se trata de algo que está teniendo lugar en un baño de la Cámara Baja que, desde semanas, lleva apareciendo con papel higiénico mojado en las paredes. El acto, vandálico a todas luces, ha cogido por sorpresa a los oradores y demás miembros de los distintos partidos en el hemiciclo.

¿Quién está detrás de este acto?

Con todo, y aunque no hay ningún nombre propio sobre la mesa, sí que la presunta culpabilidad apunta a varias direcciones y, según a quien se pregunte, a una sola. Así las cosas, hace un par de días las diferentes tertulias comentaban que podría ser desde un diputado hasta alguien del personal. Sin embargo, en el programa Cuatro al Día, las fuentes reducían algo la posibilidad y la limitaban a un hombre, reincidente y que solamente puede ser diputado.

Por otro lado, el hecho de que sea un político es factible, pero hasta cierto punto, lo mismo que sucede, por otro lado, si es un trabajador y es que, sea quien sea quien se está dedicando a empapelar el Congreso es alguien que “tiene mucho tiempo libre”, tal y como ha declarado en el espacio de Cuatro Carlos Cuesta, colaborador del espacio y subdirector adjunto del medio que sacó en primer lugar la noticia, Libertad Digital.

Los compañeros de mesa coinciden en una cuestión a la hora de buscar culpables. Debe ser alguien que disponga de, al menos, 20 minutos o media hora, aunque tampoco hay que dejar de lado que depende también de la rapidez de la que disponga el autor que, asimismo, está ya acostumbrado, ya que no es un hecho aislado de uno o dos días.

Un periodista no es

Lo que queda desde luego descartado es que pueda tratarse de personas distintas, pues no tendría mucho sentido. Además, cuesta creer que llevar esto a cabo despierte el interés de más de una persona, máxime teniendo en cuenta que ya es complicado concebir que si quiera una se dedique a algo así.

La otra evidencia que puede confirmarse es que tampoco es un periodista quien está detrás de los actos vandálicos. Por una sencilla razón, y es que los trabajadores de los medios de comunicación no pueden acceder a la zona afectada. Dicho de otro modo, y como ha adelantado La Sexta y puede confirmar este mismo medio, el baño en el que aparece el papel higiénico mojado no se encuentra en el lugar público al que pueden acceder los informadores.

En cualquier caso, en el Congreso se ha buscado a personas por diferentes motivos. Posibles candidatos a estar detrás de un chivatazo, por ejemplo, pero, desde luego, nunca por un hecho de estas características.