El buque oceanográfico Ángeles Alvariño ha zarpado este miércoles desde el puerto de Santa Cruz Tenerife rumbo a Cádiz, después de que el juzgado que instruye el presunto doble asesinato de Tomás Gimeno a sus hijas Anna y Olivia haya dado por imposibles más hallazgos en el fondo del mar.

El barco, cedido por el Instituto Español de Oceanografía para la investigación del caso y que ha sido clave en las labores de rastreo, ha salido a las 16:20 hora local desde el muelle sur del puerto tinerfeño, que ha abandonado tras sucesivas prórrogas de su estancia, inicialmente prevista para ocho o nueve días.

La autoridad judicial que investiga el caso de las niñas Anna y Olivia había informado de que autorizaría el cese de las operaciones de rastreo del buque tras la conclusión, tanto de la instructora como del responsable de Operaciones de la embarcación, de que es "imposible" continuar con el rastreo ante lo escarpado del terreno submarino.

 La Guardia Civil considera "inabordable" la exploración

La magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Santa Cruz de Tenerife, órgano competente para la investigación del caso, ha tomado este miércoles la decisión, tras haber recibido un informe del responsable de operaciones del barco que califica de "completamente inabordable" la exploración en la zona en donde hipotéticamente podrían localizarse nuevos resultados.

Una zona llena de barrancos y grietas

Según la investigación, la zona en la que se ha realizado la infructuosa búsqueda es muy escarpada y con una gran cantidad de barrancos y grietas. Hasta en dos ocasiones se han producido enganches serios del umbilical con las rocas del fondo, y en una de ellas fue necesario casi una hora para poder liberarlo. Según los peritos, es una "zona crítica" para poder operar el vehículo submarino por el "altísimo riesgo" de pérdida.

El informe técnico afirma que por la cantidad de grietas y barrancos y la profundidad, no se puede asegurar que en las zonas ya miradas no esté el cuerpo de Tomás Gimeno, de la pequeña Anna o algún otro objeto procedente de la embarcación. 

Los investigadores creen como la hipótesis "más probable" que Tomás Gimeno saltara en la zona de aparición de los biberones, donde detuvo su embarcación encontrada a la deriva, y que posteriormente el cuerpo fuera arrastrado por la corriente.