El buque Ángeles Álvariño, del Instituto Español de Oceanografía, reiniciará la búsqueda de la pequeña Anna en Santa Cruz de Tenerife después de permanecer atracado en el puerto, desde el pasado sábado, por una avería en su equipamiento.

Salvo complicaciones no deseadas, el buque retomará los trabajos que se iniciaron el 31 de mayo y que han sido claves para este caso, con el rescate del cuerpo de la mayor de las niñas, Olivia, de seis años.

Fuentes de la Guardia Civil confirmaron ayer que el buque oceanográfico, que por primera vez se utiliza en España para buscar personas desaparecidas, seguía parado en el muelle de la capital de Tenerife tras detectar una avería después de 13 días de rastreo sin descanso.

El cuero de Olivia fue rescatado a 1.000 metros 

El buque llegó a Canarias desde su base en Vigo el pasado 30 de mayo para incorporarse a la búsqueda por mar de las dos niñas y el padre, Tomás Gimeno, en la zona situada frente al término municipal de Santa Cruz de Tenerife, no muy lejos de donde el hombre zarpó aquella noche en su embarcación de recreo llamada Esquilón.

El pasado jueves, el buque localizó a unos 1.000 metros de profundidad y a unos 5,5 kilómetros de distancia dos bolsas de deporte atadas a un ancla, en una de las cuales se halló el cuerpo sin vida de Olivia. La otra bolsa estaba rota y vacía, pero se teme que allí estuviera el cadáver de la pequeña Anna.

La niña murió de un edema pulmonar

El sábado se conoció el resultado preliminar de la autopsia realizada a Olivia, según la cual la niña falleció de un edema pulmonar agudo, y se divulgó el auto de la jueza de Güímar con la orden internacional de detención contra Tomás Gimeno por dos delitos de homicidio agravado y otro en el ámbito de la violencia de género, aunque no se descarta que su cadáver sea encontrado durante la búsqueda de Anna.