La madre de Olivia y Anna, las niñas asesinadas en Tenerife, ha agradecido en una carta la labor incansable de la Guardia Civil en la búsqueda de los cuerpos de sus hijas. "Gracias a ustedes puedo vivir sumida en la tristeza, pero en la paz y en el amor de saber que sabemos la verdad", escribe Beatriz Zimmermann en su misiva.

La madre de las pequeñas ha explicado que deseaba ir personalmente al buque Ángeles Alvariño, que se encarga de la búsqueda, a darle las gracias a los agentes, "pero me dijeron que era peligroso por lo que les escribo una carta", y añade que "han hecho una labor increíble, sé lo difícil que fue y han sido increíbles. Las puertas de mi casa están abiertas para todos siempre. Y estaría encantada de conocerles". 

"Siempre es mejor la verdad"

"Han hecho que la verdad salga a la luz. Por muy devastadora y cruel que fuera siempre es mejor saber la verdad. Gracias a ustedes puedo sentir a mis niñas conmigo, de otra manera, pero las puedo sentir a mi lado", afirma Beatriz.

"Ya sentía algo muy especial una semana después de que pasara esto… sumida en un dolor profundo, pero sentía paz, como si estuvieran conmigo y bien. Pensaba que a veces sentía esa paz por tanta gente rezando y enviando amor, protección, que de alguna manera yo la sentía. Eran las niñas también, que están conmigo, pero yo no quería creer eso porque quería encontrarlas", se sincera la madre de Olivia y Anna."

"Gracias a ustedes puedo vivir sumida en la tristeza, pero en la paz y en el amor de saber que sabemos la verdad. No solo yo, todo el mundo que también lo está sufriendo", añade Beatriz, que añade: "Esto es algo que nunca se supera, pero se aprende a vivir con ello. Si no la hubieran encontrado, yo nunca habría parado de buscar. Mi única meta habría sido encontrarlas. Buscarlas, cuando realmente desde el 27 de abril ya no están físicamente aquí".

"En el mundo hay muchas más personas buenas que malas"

"Ahora mi meta gracias a ustedes es distinta, es tratar de dar amor como todos ustedes lo han hecho con nosotras. Hacer ver que en el mundo hay muchas más personas buenas y compasivas que malas, y que cuando veamos a alguien que puede ser malo, que se dé cuenta, sienta vergüenza y actuar inmediatamente», escribe Beatriz Zimmermann .