No supondría condicionamiento alguno para el Estado, puesto que ese crédito iría al FROB y no supondría aumento de deuda alguna para nuestras cuentas. Eran los bancos los que recibirían el dinero. Un gran triunfo, vamos. Lo dijo con una gran prepotencia, sin admitir jamás lo que toda la prensa mundial reconocería como un rescate.

Pero es que toda la prensa nacional nos informa (sólo 9 días después) que en la reunión del G-20 nuestro presidente ha admitido que el crédito ha sido "tremendamente dañino" para España. Y es que la reacción de los mercados después del anuncio del rescate (vamos a llamarlo por su nombre) no ha podido ser más despiadado para nuestro país. La prima de riesgo se dispara a cifras récord, muy peligrosas y ve cómo se vincula el riesgo bancario al riesgo soberano.

Algo que ya había confirmado Eurostat, la oficina de estadística oficial de Europa. La deuda española subirá en 10 puntos y será el estado el que tiene que hacerse responsable del crédito que se va a dar a los bancos. También se tiene que hacer cargo de los intereses. Y nuestra deuda aumenta y aumenta...¿Cómo se pagará?

Lo que hace 9 días se vendió como una gran triunfo y una noticia magnífica para el país, 9 días más tarde, en la reunión del G-20, nuestro presidente tiene que reconocer ante la evidencia de los hechos que el rescate bancario ha resultado ser "tremendamente dañino" (sic). También se le echaba la culpa al clima de incertidumbre ante las elecciones griegas. Pues tampoco. Después de las elecciones, las pésimas noticias siguen llegando para nuestra prima de riesgo que ya se encuentra a niveles de que el Estado pueda ser intervenido.

Ojalá eso no suceda. Pero lo que aquí quiero destacar es ese cambio de postura de todo un presidente del gobierno en sólo 9 días. ¿Qué imagen de formalidad podemos estar dando ante el mundo?

Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares