Quien más nombres propuso, hasta 14, fue la magistrada Margarita Robles. Pero no fue la única.  Otros vocales propusieron más nombres de entre los magistrados del Supremo, hasta llegar a esos 21. Un grupo que se fue reduciendo, primero con cada vocal eligiendo entre ellos su grupo de cinco favoritos. Una lista que después se siguió reduciendo, sin que ninguno de los nombres consiguiera la mayoría necesaria en  ninguna de las diferentes votaciones.

Candidatos que no sabían que lo eran
Algunas de las discusiones sobre los nombres, según cuentan a ELPLURAL.COM fuentes del Consejo, alcanzaron niveles sorprendentes, si no directamente ridículos. Y es que se descubrió que se proponían nombres de personas a los que no se había consultado ni pedido su acuerdo para ser presentados como candidatos.

El descontrol interno que vive el CGPJ, con unos vocales dispuestos a llegar a un consenso aunque sea por agotamiento del resto de los miembros, está enfrentado al de otros que preferirían primero buscar consensos y sólo cuando apareciera un candidato aceptable por la mayoría, convocar el pleno para su ratificación y evitarse este desgaste de imagen de un Consejo incapaz de consensuar sobre un magistrado que pueda presidirlos.

Votaciones a mano alzada
Quienes favorecen el sistema express para la elección del presidente, encabezados, como decimos, por la magistrada Robles, han llegado a proponer que las votaciones no se hagan de manera secreta, sino a mano alzada, e incluso que se prohíba la abstención. Una característica, ésta, que no está contemplada en los reglamentos.