El retrato de Cervantes que preside el salón de actos de la Real Academia de la Lengua Española y que sirve de modelo a portadas de libros, monedas, esculturas y otras tantas imágenes es más que dudoso. Y por eso, siendo el retratado el español más famoso de la historia podemos decir sin lugar a equivocarnos que el español más famoso no tiene rostro. Remontémonos a mayo del año 1910. En aquel entonces el académico Narciso Sentenach se encontraba en la exposición de Bellas Artes que se celebraba en Madrid cuando le abordó el profesor de Bellas Artes en Oviedo don José Albiol. La razón de aquella interrupción no era otra que saber si éste conocía a Juan de Jáurigui.

Narciso Sentenach, el académico de la RAE con el que empezó toda la trama

Narciso Sentenach el académico de la RAE con el que empezó toda la trama

Como buen académico, Sentenach reconoció saber de quién le hablaba pues al fin y al cabo Cervantes le mencionó en su prólogo a las Novelas ejemplares dando incluso por hecho que tales líneas mencionaban un retrato que el pintor sevillano habría realizado a Cervantes. Fue entonces cuando Albiol puso las cartas sobre la mesa: “voy a darle a usted una buena noticia, ese retrato lo tengo yo”. Lógicamente la noticia fascinó a Sentenach que, como el resto de académicos, hizo todo lo posible para que el cuadro obrase en poder de la RAE.

Las negociaciones comenzaron unos meses más tarde, en taller de fototipia Hauser y Menet, pero no fueron nada fácil. Albiol se negaba a entregar el cuadro y Sentenach insistía hasta que finalmente se presentó allí el director de la RAE, Alejandro Pidal y Mon con intención de solventar las reticencias a golpe de talonario.

Presunto retrato de Cervantes, presuntamente pintado por Juan de Jáuregui.

Presunto retrato de Cervantes, presuntamente pintado por Juan de Jáuregui. Pero solo presunto…

Albiol se negó en rotundo a aceptar ni un solo céntimo, aparentemente su único interés es que la obra estuviese en manos de algún museo o institución pública. Este patriotismo le proporcionó la confianza de los académicos a quienes contó su única condición a cambio del cuadro “con que se hiciesen las diligencias oportunas para que acabase de salir a oposición una cátedra que no acababa de salir por no sé qué entorpecimiento o detalle que la tenía enredada en los tradicionales balduques de expedienteo oficial”.

Y así fue, el 1 de abril de 1912 ya aparece don José Albiol ocupando dicha plaza y la Real Academia de la Lengua disfrutando de su cuadro. El director Alejandro Pidal, pronunció una conferencia en la Asociación de la Prensa de Madrid, donde saltaba a la luz pública tan relevante hallazgo.

Revista Gedeón

La revista sátirica Gedeón fue la primera en darse cuenta que algo raro había detrás del fascinante hallazgo del retrato de Cervantes. Según esta caricatura de Alejandro Pidal, no iban mal encaminados.

A partir de ahí, varios investigadores empezaron a cuestionarse aquel óleo de sobre tabla e indagando obtuvieron las pistas suficientes como para crear una verdadera historia detectivesca. Historiadores como Pérez de Guzmán, con su obra Informe inédito, Julio Puyol con su Supuesto retrato de Cervantes o Enrique Lafuente Ferrari con La novela ejemplar de los retratos de Cervantes, descubrieron que infinidad de cabos andaban sueltos.

Cervantes no utilizó el título de “don” de hecho, criticó en sus obras el uso excesivo de este hacían los hidalgos. Es cierto que en 1600 (año en el que se fecha el cuadro según la inscripción) tanto Cervantes como Jáuregui coincidieron en Sevilla, pero resulta un tanto extraño que un cincuentón casi desconocido entonces (solo había publicado la Galatea) y recién salido de la cárcel más infecta del reino despertase el interés de un muchacho de apenas diecisiete años y de familia adinerada como era Jáurigui. A esto se le añade que en una escritura de 1609 el pintor reconoce haber nacido en 1585 es decir, que de ser cierto, habría pintado el cuadro con 15 años.

En tal caso, y volviéndose cada vez más endebles las pruebas para pensar que Jáurigui hizo el retrato ¿por qué Cervantes le menciona en su prólogo a las Novelas ejemplares? Cervantes da por hecho que Juan de Jaurígui le hizo un retrato, ahora bien, la intención con que lo dice puede distar mucho de que realmente el cuadro exista. Me explico.

Dado el carácter irónico del escritor cuando dice “pues le diera mi retrato el famoso Juan de Jáurigui”. Puede estar haciendo mención a un cuadro existente como a uno aún por existir. De haberlo hecho Jáurigui lo lógico, y es en lo que Cervantes parece estar pensando, es que fuese en un grabado pues como tal se impresionaría en la portada de Las Novelas ejemplares, ahora bien o está perdido o directamente nunca existió.

Lo único cierto hasta ahora es que Cervantes se describió en el prólogo de las Novelas Ejemplares

Lo único cierto hasta ahora es que Cervantes se describió en el prólogo de Las Novelas ejemplares

Esto hace que salvo nuevas pruebas el retrato que preside la Real Academia de la Lengua, sea más falso que auténtico. De hecho, la institución en su web lo considera con un término que seguramente gracias a su autoridad lingüística solo ellos pueden, un “falso auténtico”.

Esto provocó una anécdota que protagonizó Menéndez Pidal cuando le dijeron que cómo no se retiraba el cuadro sabiéndose su dudosa autoría. A lo cual el académico respondió con ingenio diciendo: “Déjenlo ustedes ahí, que si quitamos a Cervantes seguramente tengamos que poner a Franco.”