El que fuera ministro en el Gobierno de José María Aznar, Eduardo Zaplana ha sido ingresado en el Hospital de la Fe de Valencia tras sufrir una bajada de defensas.

Hay que recordar que el popular está en prisión preventiva, desde hace más de seis meses, por un presunto delito de blanqueo que podría ascender a 10 millones de euros procedentes de comisiones a cambio de adjudicaciones de ITV y áreas para construir parques eólicos en Valencia. Pero también que lleva años luchando contra un cáncer.

Por ello, ha sido trasladado desde el centro penitenciario de Picassent, en Valencia, al mismo hospital donde se somete a sus tratamientos y pasa revisión por la leucemia que parece.

Varias peticiones para salir en libertad

El pasado mes de mayo, la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia acordó para el exministro de Trabajo prisión provisional, comunicada y sin fianza en el marco de la Operación Erial. Sobre Zaplana pesa la acusación de haber, presuntamente, cometido delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

Atendiendo a su estado de salud, la defensa de Zaplana ha solicitado en más de una ocasión su excarcelación asegurado que la vida del popular corre peligro dentro de prisión.

Primero, alegaron “razones humanitarias” para conseguir su libertadque se sometió a un trasplante de médula después de que se le diagnosticara leucemia en 2015. Poco después, los abogados de Zaplana se agarraron a un informe médico en el que se denunciaba su “nefasto” estado de salud y en el que se aseguraba que, de sufrir complicaciones, la tasa de mortalidad de Zaplana era "cercana al 100%".

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Pese a ello, la jueza encargada del caso ha desestimado sus deseos continuamente. Considera si Zaplana hacia vida normal en libertad, también puede hacerla en la prisión de Picassent. Sin olvidar que los forenses también sentenciaron que su vida no corría peligro.

Módulo de enfermería en Picassent

Zaplana vive en el módulo de enfermería de Picassent. Aunque la defensa de Zaplana denuncia que Picassent "no reúne las condiciones necesarias para garantizar" su seguridad, la realidad es que la cárcel cuenta con un módulo de enfermería en el que la vida es mucho más cómoda y los reclusos son tratados como pacientes.

Diariamente se les realizan pruebas médicas y un seguimiento de tensión y peso para valorar su estado de salud. En el caso de necesitar una atención más específica o de urgencia, el recluso es trasladado al hospital más cercano; como ocurrió con el mismo Zaplana 13 días después de su ingreso.

El centro penitenciario de Picassent cuenta con personal sanitario específico que se encarga de “la actividad sanitaria tanto preventiva como asistencial de los internos”.

“Deben asegurar que la atención sanitaria sea de calidad mediante la utilización racional y eficiente de los recursos diagnósticos y terapéuticos propios y ajenos”, aseguran en la web del centro.

Un día en la cárcel para Zaplana

Picassent fue inaugurada en 1990. Cuenta con 124.466,00 metros cuadrados de superficie, 1.329 celdas y otras 239 complementarias.

Los días en la prisión son rutinarios y muy organizados. Nada más despertarse, Zaplana asiste al recuento de presos para luego desayunar y acudir a la enfermería para pesarse y tomarse la tensión.

Después, a las 10:00 horas, sale al patio durante dos horas y media. A las 13:00 horas toca comer y, al terminar, volver a la celda donde permanecerá hasta las 16:30 para merendar.

Patio, recuento a las 19:00, cena y medicación son los últimos pasos del día.