Imagínense por un momento que se repiten las elecciones y sale el mismo resultado. ¿Qué nos propondrán los políticos?

Es más que probable que los diputados elegidos sean muy similares, punto arriba punto abajo, aunque eso sí con una mayor abstención.

Que tengan claro nuestros representantes políticos que muchas personas pasarán de ir a votar y optarán por un día de playa o de piscina. Y no porque la tentación del ocio sea extrema sino porque están hartos de las negociaciones, si es que las ha habido, para formar gobierno.

Por lo tanto, la abstención subirá y el voto de los que se animen a ir al colegio electoral prácticamente no cambiará.

Como consecuencia volveremos a la misma situación del día después de las pasadas elecciones generales. Ahí está la gran cuestión. ¿Qué harán en ese caso nuestros políticos?

Creo imprescindible que nos lo cuenten pero no lo harán. No se hagan ilusiones. Si vamos a unas nuevas elecciones se tirarán todos los trastos a la cabeza diciendo que la culpa es del otro.

El que lo haga peor será al que le den calabazas y le acusarán de haber sido el principal culpable. Y así llegaremos a las urnas.

Una vez nos den los resultados los partidos tendrán que cambiar sus estrategias. Más de uno tendrá que dimitir, otros tendrán que ceder, cambiar sus estrategias y formar un gobierno mejor o peor según se mire.

Por lo tanto, cabe preguntarse por qué no lo han hecho antes. Quizás para ellos sea pura estrategia, un juego pero para los ciudadanos es un engaño. Insisto, quizás para Rajoy, Sánchez, Iglesias o Rivera sea  una partida de póker pero los ciudadanos estamos hartos de ellos.

Si los resultados electorales han sido tan complicados, tendrían que preguntarse cuál ha sido la responsabilidad de cada partido pero no se puede decir que los ciudadanos han elegido mal.