Pese a que Partido Popular y Ciudadanos tienen algún que otro problema para catalogar a Vox como extrema derecha, fuera de nuestras fronteras este dilema no existe. Prueba de ello es un artículo que ha publicado recientemente el diario británico 'The Economist' y que tilda a la formación que lidera Santiago Abascal de "nacionalismo reaccionario" por su posición sobre el feminismo y los derechos del colectivo LGTBI.
Bajo el título de La auto-preservación de la sociedad, el citado medio repasa el desplazamiento a la ultraderecha de una parte de la sociedad (norteamericana y europea, principalmente) que anteriormente encontraba cobijo dentro de los partidos conservadores, como puede ser el PP en España. Unas formaciones que, según el rotatorio, "han sido superados o desafiados por el nacionalismo reaccionario".
'The Economist' explica este auge de la extrema derecha a raíz de los atentados terroristas de Nueva York, Londres o Madrid, o la crisis económica global que empezó en el año 2008. Estos partidos se diferencian del resto porque no apelan a unos compromisos ideológicos o de devoción hacia las instituciones, sino al "resentimiento hacia las 'élites' y los 'otros', juzgados por raza o lugar de origen".
Como prueba de todo ello, pone como ejemplo el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, el Brexit en Reino Unido, el poder del Frente Nacional de Le Pen en Francia o de La Liga Norte en Italia, y el "declive" del PP en nuestro país, que se ha acentuado "por los liberales de Ciudadanos y el partido de ultraderecha Vox".