Los Reyes han presidido este lunes una atípica celebración del Día de la Fiesta Nacional, marcada por la pandemia y en un clima de tensión política que se ha reflejado en los abucheos al Gobierno proferidos por miles de ciudadanos que se han congregado frente al Palacio Real.

Con Madrid en estado de alarma, este año la celebración del 12 de octubre ha quedado reducida a un austero acto militar en el Patio de la Armería del Palacio Real, la misma ubicación donde se celebró el homenaje a de Estado a las víctimas de coronavirus el pasado mes de julio.

Allí se han congregado el Gobierno al completo, solo ha faltado la titular de Exteriores, Arantxa González Laya, que se encuentra en una reunión de ministros de la Unión Europea en Luxemburgo, las más altas autoridades del Estado, la cúpula de las Fuerzas Armadas y otras autoridades autonómicas y locales.

Ha sido la primera vez que han coincidido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras la declaración del estado de alarma en la región el pasado viernes. Tras un breve saludo, han compartido unos minutos de conversación mientras esperaban a los Reyes junto al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida; la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya.

Mientras, en las inmediaciones del Palacio Real se han congregado decenas de ciudadanos, ataviados con banderas de España, que durante todo el acto han abucheado al Gobierno, pidiendo a gritos su dimisión, y han aplaudido a la monarquía con 'vivas' a Felipe VI. Las protestas han continuado, finalizada la celebración, mientras los miembros del Ejecutivo abandonaban en sus coches oficiales el Palacio Real.