“La tragedia que nos puede sobrevenir a los españoles si Gaspar Llamazares renuncia a presentarse a las elecciones generales y decide dedicarse a la medicina. Desde aquí, y con el mayor respeto, le ruego que permanezca en la política, que lo hace muy bien. Tan bien que ha estado a punto de convertir en un partido marginal al PCE e Izquierda Unida, contribuyendo así a la salud del sistema democrático”, escribe Ussía.

Una especie muy rara de semidoctorado en La Habana
El columnista de La Razón recuerda que “Don Gaspar se licenció en Medicina en España y se hizo con una especie muy rara de semidoctorado en La Habana”, y advierte de que “lo del doctorado o máster de La Habana no procura una excesiva confianza científica”.

Esa modernidad ideológica
“Lo mejor para él, –prosigue Ussía- para la medicina y para España es que opte de nuevo a un escaño parlamentario en el noviembre que nos aguarda. Con su ausencia, perderíamos motivos para la alegría literaria. Esa seriedad, ese gesto de permanente mensaje trascendente a punto de ser emitido, esa modernidad ideológica, ese saber adaptarse sin dificultad alguna al tercer decenio del pasado siglo, es ya parte del patrimonio inmaterial de los españoles”, se mofa el articulista.