El Ministerio de Defensa, que dirige Margarita Robles, ha heredado los problemas del nuevo submarino de la Armada Española, que tras no poder flotar, ahora no cabe en las fosas de atraque de la base naval de Cartagena, en Murcia. El nuevo Equipo tendrá que destinar 16 millones de euros a agrandar los muelles.

La anterior ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, dejó cerrado el expediente de modificación del coste de S-80, pero no llegó a firmarlo, así que será su sucesora en el puesto quien suscriba el incremento en el gasto del nuevo submarino en 1.772 millones de euros, lo que, sumado al presupuesto inicial de 2.132 millones, da un total de 3.907, casi mil millones por cada uno de los cuatro sumergibles. El coste será prácticamente el doble de lo previsto, según adelanta El País.

Un error de diseño

¿La razón? Un error de diseño que obligó a alargar en 10 metros la eslora del submarino y en 800 toneladas su desplazamiento.

En 2013, se comprobó que se había producido un desvío de 125 toneladas en el peso del submarino, que no garantizaba que saliera a flote tras sumergirse. Defensa contrató como asesora a la estadounidense Electric Boat que, por 14 millones, confirmó el diagnóstico de los expertos: para reequilibrar pesos había que alargar la eslora en 10 metros. Se hizo incorporando 16 cuadernas más al puro del submarino y aumentando el desplazamiento hasta 3.000 toneladas. Pero la modificación traía un problema añadido: el nuevo submarino no cabe en los muelles de atraque de la base naval de Cartagena (Murcia), así que para que quepan las cuatro unidades habrá que dragar y alargar las fosas, para lo que Defensa tendrá que desembolsar unos 16 millones más.

Robles debe encauzar el trámite para su aprobación, que pasa por pedir un informe al Consejo de Estado, elevar el techo de gasto y rectificar la orden de ejecución a Navantia.