La campaña electoral para el próximo 28 de mayo ha rescatado a ETA. A pesar de que desapareció en 2011, hace 12 años, el PP ha agitado el fantasma del terrorismo a cuenta de Bildu. El PP espetó a Pedro Sánchez el pasado miércoles que Bildu incluyera a 44 personas que habían tenido relación con ETA.

Sin embargo, el discurso del PP contrasta con el que hasta ahora había mantenido el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, acerca de ETA. “Que todo sea ETA no es cierto. […] El futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios, se tiene que construir también con Bildu”, argumentó el dirigente del PP nacional en una entrevista con Jot Down en 2013, dos años después de la disolución de la organización terrorista. De hecho, en la misma conversación, Sémper abogó por que su formación se abriera a pactos con el partido independentista vasco: “Por fin vamos a tener la oportunidad de discutir de política con Bildu. Eso es lo que yo quiero”.

Ahora, bajo la dirección de Feijóo, ha cambiado de versión. "Es una indecencia para nuestra democracia", decía en una entrevista en OkDiario sobre que personas qure formaron activamente de ETA vayan en listas por Bildu. Según Sémper, es legal que paticipen dado que es un partido legal avalado por el Tribunal Constitucional, "pero no es un partido que tiene la legitimidad democrática para influir en la gobernabilidad de España, para ser un socio preferente del Partido Socialista. Dirigentes del Partido Socialista en esta legislatura han alabado el «sentido de Estado» de Bildu. Esto yo lo recuerdo", indicaba.

"Podemos decir que aunque Bildu participe en las instituciones, es indecente que gobierne en España o que influya en la gobernabilidad de España", indicaba a pesar de que a un golpe de click es posible encontrar entrevistas, declaraciones y hasta un libro defendiendo el diálogo con Bildu en las instituciones. "Nosotros no queremos una España en la que Arnaldo Otegi influya sobre decisiones relevantes. No queremos una España en la que el presidente del Gobierno dependa de Bildu, entre otros, para ser presidente del Gobierno. Yo creo que esto se puede entender y lo entiende mucha gente de manera transversal. Esto no responde a un eje izquierda y derecha. Creer que Bildu no es un partido homologable democráticamente al resto de formaciones políticas no es ser de derechas o ser de izquierdas. Es tener un criterio y una exigencia sobre la participación en democracia y cómo te homólogas al resto de formaciones políticas. Resulta que todos nos autoimponemos e imponemos al resto de partidos políticos un listón ético, moral y político, y a Bildu, ¿no? Hace falta derogar el sanchismo también en esto", explica Sémper.

"La política española lleva demasiados años instalada en un juego permanente de espejos o de sombras, en virtud del cual, si eres de derechas, se te juzga de una manera. Si te autoidentificas como de izquierdas se te juzga de otra. Los listones y las exigencias dependen y varían en función de, ideológicamente, en qué parte del arco te encuentras. Y la pregunta que yo le haría a Irene Montero, la pregunta que yo le haría a Pedro Sánchez es clara. Pidiéndoles que cambien los sujetos. Yo sé que esto puede ser delicado porque todas las comparaciones son odiosas, pero creo que sirve para explicar esto. ¿Qué pensaría Pedro Sánchez o qué diría Irene Montero si en lugar de poner Bildu ponemos pederastas? ¿Diría Irene Montero que un partido de pederastas o un partido político equis al poner en sus listas a pederastas, a violadores, a maltratadores, a quien sea de esta calaña, es un partido democrático y que toma sus decisiones libremente, que hay que respetarlo? ¡Pero qué escándalo es éste! ¡Pero qué vergüenza es ésta!", añade.

"Bildu no es ETA"

El nuevo cargo del PP alertaba del riesgo de que “desde algunas tertulias, lugares y líneas editoriales”, en referencia a los medios de comunicación conservadores y reaccionarios, el PP pudiera recibir los calificativos de “melifluo” o “filoterrorista” por llegar a acuerdos políticos con EH Bildu. Sémper rechazaba tanto este tipo de ataques que los definía como un “mal endémico de la política” hace ya 10 años y defendió pactar con la formación independentista vasca en su época de candidato a la alcaldía de San Sebastián, en contraste con las palabras del anterior dirigente de su propio partido, Pablo Casado, quien llegó a proferir contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ejercía su cargo “con los terroristas de Bildu”.

De hecho, en 2019, cuando era candidato a la alcaldía de Vitoria, Borja Sémper aseguraba que veía posible “acuerdos razonables” con Bildu en el caso de ser investido alcalde. "¿Esto impide que si un parque se tiene que urbanizar, se vaya de la mano de otras formaciones, aunque esté Bildu entre ellas? Podrá haber ese debate, pero eso no hace que yo esté blanqueando a Bildu", explicaba al respecto. Más explícito era en 2013 cuando abiertamente aseguraba que “Bildu no es ETA”.