Pablo Iglesias puso la bomba y la mecha. Antonio Hernando entró con la cerilla. El resultado es que la posibilidad de lo que se había conocido como ‘la vía 199’ ha saltado completamente por los aires. La de este viernes ha sido la mañana en la que el postureo se ha acabado, y ya sólo queda el imposible: un acuerdo PP-PSOE-C´s como forma de evitar las elecciones generales del 26 de junio.

El PSOE, secuestrado por C's

Lo que se supo justo tras la reunión del jueves por la tarde tras la reunión del triángulo PSOE-C’s-Podemos sonaba a que nada había cambiado. Las reacciones habían sido las de los dirigentes de los dos primeros partidos. Faltaba por hablar, y se esperaba con expectación, lo que pudiera decir Pablo Iglesias. Y cuando lo ha hecho,  ha dejado poco lugar a dudas: rompía la baraja.  

“El PSOE ha viajado al País de Ciudadanos, y parece que allí le quitaron el pasaporte y ya no han podido salir…”. Los socialistas están atrapados por su acuerdo con el partido de Albert Rivera, venía a decir. O lo que era lo mismo, mostraba su convencimiento de que las 20 propuestas que horas antes había presentado su formación no tenían posibilidad alguna de salir adelante.

En consecuencia con ese pensamiento, Pablo Iglesias anunció un referéndum a su militancia con una pregunta clave: “¿quieres un gobierno basado en el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos?”. Por si la pregunta y el tono no fueran suficiente anticipo de lo que esperaban de tal referéndum interno, Iglesias ataba su futuro al resultado negativo y advertía que en caso de resultar afirmativa la respuesta él asumiría responsabilidades políticas. O sea, se iría.

Final del postureo: ruptura sin vuelta atrás

El fondo era de evidente ruptura, pero el tono mantenía una mínima apariencia. Pero sólo minutos después compareció Antonio Hernando, el portavoz socialista en el Congreso, y puso fin al postureo: la ruptura era total y sin disimulo.

“En lo único que se ha movido Iglesias estas semanas ha sido en pasar de la cal viva a regalar un libro de baloncesto”. Era la frase más florida, pero ni la primera ni la única con la que dejaba claro que en Ferraz quemaban todos los puentes con Podemos.

Calificó la consulta que acababa de formularse por Iglesias como de “una consulta para una ruptura”, mientras enseñaba el documento de Podemos con sus 20 propuestas, y decía que esa consulta, planteada cuando los socialistas se habían comprometido a trabajar sobre ellas durante el fin de semana, era la prueba de que “no les importa un pimiento nuestra opinión sobre su documento”.

Pablo Iglesias, lo mismo que Rajoy

Antonio Hernando, rompiendo así con el que había sido el tono de la interminable ronda de apariciones radiofónicas y televisivas que había protagonizado a lo largo de la mañana, en las que hablaba de "pacto difícil, pero no imposible", echó mano a descalificaciones centradas todas en el propio Pablo Iglesias, al que acusaba de haberse movido en un terreno de artimañas, intentando ocultar que “coincide con Rajoy, ambos han estado buscando las elecciones desde el primer día”.

Como un novio abandonado, Antonio Hernando se quejaba del engaño una y otra vez: “hemos constatado con indignación la verdad, porque el tono de la reunión de ayer fue bueno" -dijo, antes de rematar: "estaban enmascarando (los de Podemos) sus intenciones bajo una piel de cordero”.

Los periodistas presentes intentaron inútilmente, sin embargo, que el portavoz socialista diera por rota toda esperanza de un acuerdo parlamentario para formar un Gobierno que evite las elecciones del 26 de junio. Casi resultaba enternecedor escuchar a Hernando, al ser preguntado y repreguntado sobre el futuro inmediato, reiterar que “vamos a seguir trabajando por que haya un Gobierno de cambio”, y el silencio espeso con el que ignoraba la cuestión que casi le gritaban los periodistas: “¿Cómo y con quién?”.