Dos cónclaves, un objetivo. La proximidad de las elecciones gallegas convierte al territorio en coto de caza mayor para las dos principales fuerzas políticas del país con fines bien delimitados. Los conservadores pelearán por retener cuatro más una mayoría absoluta que se desinfla ligeramente según las encuestas. Por contra, los socialistas quieren apuntalar a su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, para evitar que sus adversarios firmen la quinta consecutiva. Sendos cuarteles generales trabajan sin descanso con las miras puestas en el 18 de febrero, pero durante el camino pelearán cada metro hasta alcanzar la meta. Tal es así que los de Pedro Sánchez y los de Alberto Núñez Feijóo llevarán el campo de batalla preelectoral a la autonomía en el mismo fin de semana, pero separados por 174 kilómetros. Del 19 al 21 de enero, PP y PSOE pugnarán por lucir mayor musculatura con dos actos destinados a potenciar a sus respectivos candidatos.

El PSOE ya dejó claras sus intenciones el pasado diciembre. Los socialistas se iban a tomar muy en serio las elecciones gallegas y el primer día del citado mes agendaron una convención de remarcado carácter político para el fin de semana del 19 al 21 de enero; a tan sólo dos semanas del arranque oficial de la campaña electoral (2 de febrero). Un cónclave que, tal y como sugirieron fuentes de la Ejecutiva Federal, servirá no sólo como rampa de lanzamiento para la candidatura de Besteiro, sino que también se acometerá “una pequeña remodelación” en la estructura orgánica del partido. Lo confirmó el propio Santos Cerdán este lunes, justificando que la formación aún sigue sin una portavoz tras el nombramiento de Pilar Alegría como ministra portavoz en detrimento de Isabel Rodríguez.

Desembarco socialista

El PSOE cultiva con esmero su aterrizaje en tierras gallegas. De hecho, la elección de A Coruña como escenario de la convención no es fruto del puro azar. En Ferraz nadie rehúye la idea de la complejidad que entrañan unas autonómicas en el territorio. Galicia es feudo histórico del Partido Popular, no en vano, el actual líder conservador, ha coleccionado hasta cuatro mayorías absolutas consecutivas. Sin embargo, las ases en la mano de la mano de los jugadores han cambiado y el perfil de Alfonso Rueda, sucesor de Alberto Núñez Feijóo, carece del arraigo de su predecesor. Pero sí cuenta con la potencia del motor PP en la región de las meigas. En cualquier caso, en Ferraz ven al candidato popular más vulnerable, máxime si se extiende la crisis de los pellets en la región. A su vez, rebajando en cierto grado el optimismo, son conscientes de que la guerra de guerrillas a su izquierda contará su parte alícuota de protagonismo.

La demoscopia -al menos una parte de ella- no muestra la gran diferencia que cabía esperar a priori, lo que alimenta el optimismo de un PSOE que fía sus opciones reales a reconectar con el electorado de izquierdas gallego. Ese es el objetivo primordial de los socialistas y por ello se ha escogido Galicia como sede del rearme ideológico y orgánico del partido. Enchufar al ciudadano a la batalla electoral y disparar los niveles de participación el 18 de febrero es prioridad. O al menos así lo creen. De ahí, que la convención se dibuje como un baño de masas del candidato que, a la postre, le sirva como rampa de lanzamiento. La foto es clara: Besteiro y todo el ala socialista del Gobierno, incluido el propio Sánchez, aupándole y demostrando que Galicia es preponderante en los intereses del partido.

Acto de contención

El cónclave socialista tendrá respuesta y a 174 kilómetros de A Coruña. La réplica del Partido Popular será el mismo fin de semana y en Ourense. Con algo más de un mes de retraso, los conservadores dibujan su estrategia para sofocar el acto ambicioso del PSOE. Feijóo y Sánchez coincidirán en Galicia el 20 y el 21 de enero, dando así el pistoletazo de salida a la precampaña. Fuentes de Génova confirman que esos mismos días se celebrarán una interparlamentaria, para la que no existe un programa troncal y con un espíritu idéntico a la convención de sus adversarios: un “gran acto” para allanar el camino de Rueda a la quinta absoluta consecutiva.

Feijóo, según apuntan desde El Confidencial, se volcará con las elecciones gallegas. Sabedor de su delicada posición en clave orgánica, una derrota en Galicia o perder la Xunta le colocaría en una situación aún más comprometida. Por ello, se ha puesto a disposición del PPdeG, aunque no pretende opacar a Alfonso Rueda y han diseñado una caravana paralela a la del barón gallego.

En cualquier caso, la interparlamentaria de Ourense supondrá el punto culmen en la coordinación del partido entre Congreso y Senado, redefiniendo su estrategia de oposición de cara a un 2024 de tintes electorales y marcado por las difíciles relaciones del Gobierno con sus socios, especialmente Junts. Así, los conservadores respaldarán a su candidato ante unas elecciones cruciales para ambos partidos antes del inicio oficial de la campaña, que echará a andar el próximo 2 de febrero.

Los pellets amenazan la calma gallega

El optimismo contenido del PSOE contrasta con cierta intranquilidad en el Partido Popular. En Génova sospechan que sus adversarios harán de la crisis de los pellets una suerte de Prestige 2.0. La inacción de la Xunta da más aire a los socialistas, que alentarán a su electorado para contener la movilización de la derecha. La respuesta de los populares pasa por restar importancia al impacto del vertido de microplásticos. De hecho, las dudas en el PP han provocado que, tras descartarlo, 24 horas después elevaran el nivel de alarma al segundo escalón.

Los conservadores quieren contener los daños adyacentes a esta polémica y alejar lo máximo posible el argumento de los pellets de la campaña electoral. Este martes, Feijóo ya deslizaba que la izquierda se aferrará a este clavo ardiendo para redoblar sus opciones de victoria. “Lo único que intenta el Gobierno es intoxicar tomando a los gallegos por tontos”, aseguró ante un Carlos Alsina que hizo titubear al líder de la oposición.