“Para PP y PSOE, que son la élite extractiva que ha gobernado España los últimos 30 años, su ideal europeo es que esto sea una mezcla entre Suiza y Sicilia”. Estas palabras no fueron pronunciadas por nadie de Ciudadanos. Ni de Podemos. Ni tan siquiera de algún civil o tuitero cabreado. El entrecomillado es obra y gracia de Irene Lozano, exdiputada de UPyD y excrítica con el PSOE que fue rescatada en 2015 por Pedro Sánchez pese a la oposición frontal de buena parte del partido. Ahora, el presidente del Gobierno vuelve a repescarla y esta vez le ha encontrado un hueco en su Gobierno.

Sánchez ha fichado a Lozano para dirigir Marca España, organismo responsable de la promoción de España en el Exterior, en sustitución de Carlos Espinos de los Monteros.

El ahora líder del Ejecutivo ya incluyó a la upeydista en las listas para las elecciones generales de 2015. Figuraba como independiente, pero tras el aluvión de críticas, dio un paso atrás y no repitió candidatura, siendo sustituida por Ángeles Álvarez para los comicios del verano de 2016.

¿El por qué de las críticas internas? Las numerosas referencias cuanto menos poco amistosas que Lozano había dedicado a los socialistas. Llegó a acusar al PSOE de permitir “las prácticas corruptas de cargos públicos” y la “impunidad de los acusados cuando han llevado corruptos en sus listas, cuando han utilizado las instituciones para colocar a sus amigos”.

Irene Lozano fue especialmente cariñosa y simpática con Susana Díaz: “En Andalucía lleva treinta y tantos años gobernando el mismo partido. Cuando uno está en el poder demasiado tiempo, se acomoda a unas prácticas muy semejantes de política corrupta. Tengo la sensación de que el PP considera que Madrid es su cortijo y que el PSOE considera que Andalucía es su cortijo”.

Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, fue uno de los que públicamente más alto alzó la voz cuando Sánchez la repescó en 2015. Instó a Lozano a “pedir perdón” por los improperios otrora pronunciados.

El PSOE hizo de tripas corazón y corrió un tupido velo. Pero desde luego no le pusieron la alfombra roja. Lozano quedó condenada al ostracismo más absoluto. Poco se supo de ella desde las elecciones bis de 2016. Tan solo una carta escrita el 3 de octubre de aquel año a Sánchez, cuando fue destituido como secretario general del PSOE. ¿El título de la misiva? De cadáver a cadáver.

Pues bien, ambos muertos están muy vivos. El primero se levantó y del impulsó aterrizó en la Moncloa. Y la segunda ha sido colocada en Marca España. Hay vida después de la muerte.