La agenda de Pedro Sánchez parece despejarse. De la negativa tajante que dio desde Estrasburgo la pasada semana, a la confirmación preclara que voces autorizadas del Palacio de la Moncloa han confirmado este mismo martes. Ni más ni menos que el propio jefe del Ejecutivo lo ha ratificado en conversación informal con los periodistas este martes. Sánchez prevé mantener no una sino varias reuniones y no sólo con el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, también con su exvicepresidente y líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras. No obstante, no hay una fecha a la vista para celebrar las primeras tomas de contacto directas con los dos principales líderes del procés.

Junts puso la primera miga de pan la pasada semana, aunque Sánchez la despejó del camino ipso facto. “Pues mire, yo veo mi agenda y en mi agenda lo que tengo es una reunión con el president de la Generalitat -Pere Aragonès-. Me parece que es el día 21, como consecuencia de que vamos a hacer la inauguración del súper computador en Barcelona”. Esta fue la réplica del jefe del Ejecutivo a las preguntas de los periodistas el pasado jueves, antes de la encerrona que le tenía preparada la derecha en el Parlamento Europeo.

Reuniones con Junqueras y Puigdemont

Ahora confirma el propio presidente que sí, que habrá cara a cara con los líderes procesistas y se extenderán a lo largo de una legislatura que, por cierto, confía plenamente en exprimir hasta el último año. Sánchez ha prometido trabajo, trabajo y más trabajo para agotarla, con el foco puesto en el escenario catalán. No hay factores que inviten a pensar a que esto suponga un imposible para Sánchez. De hecho, confían en que, pese a los frentes abiertos, el bloque de investidura luzca robusto e indestructible a las presiones de las derechas.

Tanto es así que afirman que tienen grandes esperanzas, tanto en la tramitación de la ley de la amnistía como en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Las previsiones del equipo de Sánchez pivotan en torno al próximo mes de marzo, pero no supeditan las cuentas públicas a la tramitación de la medida de gracia.

Las reuniones parecían cosa hecha, especialmente después de que el secretario general de Junts, Jordi Turull, anunciara el pasado jueves que Sánchez y Puigdemont se reunirían para apuntalar la negociación que mantienen sus dos partidos. Eso sí, no fijaron fecha para este encuentro. Sin embargo, tan solo unos minutos más tarde el PSOE negó la mayor. Ni había nada previsto y de haber reunión sería a largo plazo. Los encuentros con Junqueras y Puigdemont suponen un vuelco al tablero político español, dado que revalida su título de interlocutores con el Estado y les sitúa de nuevo en el juego parlamentario. Esa era la intención de Sánchez, tal y como ha revelado en incontables ocasiones.

En clave electoral

En círculos de Moncloa dan por amortizado el soufflé de la amnistía en la calle. Consideran que la tensión se ha rebajado hasta niveles ínfimos e incluso precisan que las fotografías que dejaron los indultos les hicieron más daño del coste que puede suponer la amnistía. Tanto es así que incluso con vistas al ciclo electoral que se avecina -Galicia, Euskadi y Parlamento Europeo- creen que amortiguarán el golpe. Otras fuentes gubernamentales sostienen que la medida de gracia, al contrario de lo augurado en la derecha, no afectará a estas citas. De hecho, estrechan el cerco sobre el territorio gallego y se desquitan de toda la presión. “Feijóo es quien tiene la mayoría absoluta y se la juega allí”, resumen, sin desdeñar que la candidatura del partido de Jácome (Democracia Ourensana) puede cambiar el escenario.

El control de la situación que exhiben desde Moncloa es total. No se perciben daños y prevén una legislatura complicada para un Partido Popular sobre el que dudan que pueda aguantar cuatro años con esta labor de oposición, tanto dentro como fuera. También transmiten que el su agenda en Europa no tiene ningún tipo de recorrido, como también aseguran que en Bruselas no ven a Sánchez como el “Orban del sur”, como lo describió la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Comisiones sobre el 'lawfare'

En medio de la confirmación de varios encuentros entre Sánchez y los dirigentes nacionalistas catalanes, este mismo martes se ha conocido también que el Gobierno ha rechazado la pretensión de Junts de citar a jueces en las comisiones parlamentarias sobre el denominado lawfare o judicialización de la política constituidas el pasado martes en el Congres. Estas mismas fuentes gubernamentales han afirmado que el PSOE va a votar en contra de la propuesta de los de Puigdemont que pretende convocar en la comisión de investigación sobre la Operación Catalunya a los jueces "más activos en la guerra sucia contra el independentismo", según ha sostenido este lunes el portavoz de este partido, Josep Rius.