Este sábado 3 de septiembre Pedro Sánchez retoma el coche y la manta y estará en Sevilla en lo que será el primero de la treintena de actos que protagonizará en el marco de la campaña El Gobierno de la gente, diseñada para desprenderse del papel “excesivamente institucional”, desbordar las paredes del Palacio de la Moncloa y estrechar lazos con los ciudadanos y ciudadanas.

Antes del parón estival, tanto en el debate del estado de la nación como durante el discurso ante el Comité Federal, el presidente del Gobierno advirtió que van "a por todas”. Unas palabras que concretó en una profunda remodelación de Ferraz para unificar Moncloa y PSOE y afrontar lo que resta de legislatura -año y medio-. La nueva estrategia de los socialistas para dar la vuelta a las encuestas y recuperar el liderazgo pasa por retirar el halo excesivamente presidencial y, para ello, han diseñado una agenda con en torno a 30 actos en el que los ciudadanos serán los protagonistas. Y no estará solo. Los ministros socialistas tendrán eventos semejantes, tanto en número como en formato, y los alcaldes, concejales y candidatas harán lo propio.

Es por ello por lo que el pasado jueves 1 de septiembre los dirigentes socialistas locales y municipales prepararon comitivas informativas en las estaciones de Renfe y autobús en el primer día de transporte gratuito. Por el mismo motivo acude a Sevilla y, en la misma línea, recibirá el lunes 5 de septiembre a medio centenar de ciudadanos y ciudadanas en Moncloa, que abrirá sus puertas para escuchar sus propuestas, dudas, anhelos e inquietudes. La siguiente cita será el 9 en Toledo y otras fechas importantes serán 28 de octubre con el 40º aniversario de la victoria de Felipe González en las elecciones generales de 1982 y del 24 al 27 de noviembre, que está previsto la celebración del Congreso de la Internacional Socialista en Madrid.

Falla comunicativa, pedagogía y cercanía

Desde que Alberto Núñez Feijóo aterrizara forzosamente en Génova tras la abrupta y traumática marcha de Pablo Casado, los populares lideran las principales encuestas. El efecto luna de miel no se desvaneció y Ferraz, preocupada, estudió el escenario y halló un problema de conexión con la ciudadanía. En público, admitieron una falla comunicativa. Sus medidas, que creen acertadas, no estaban llegando a la gente. El presidente, aprovechando la dimisión de Adriana Lastra como vicesecretaria general, acometió varios cambios de calado. La que fuera su número dos fue sustituida por María Jesús Montero, ministra de Hacienda; y los portavoces de Ferraz y en el Congreso, Felipe Sicilia y Héctor Gómez, fueron relevados por Pilar Alegría y Patxi López respectivamente.

El cambio de cromos persigue una notable mejora en la comunicación del partido guiada por los tentáculos monclovitas. “Explicar más y explicar mejor”, admiten fuentes socialistas consultadas por este periódico. Sin embargo, Génova, lejos de contrarrestar un hipotético golpe de efecto, celebra el nuevo rumbo socialista.

Si a tu enemigo ves cavar su tumba, jamás le interrumpas

Consideran que es el grito ahogado de un Sánchez a la deriva. Según fuentes, el PSOE les está sirviendo en bandeja de plata el votante que perseguían: el socialista moderado.

Génova da por cerrada su misión de penetrar en el electorado de la derecha. Ya ha absorbido a Ciudadanos, tal y como ha quedado demostrado en las últimas elecciones en Andalucía. A la ultraderecha, Vox, tampoco entienden que sea un problema, puesto que “no nos está penalizando” y han logrado frenar la sangría. Los barómetros reflejan un flujo de aproximadamente un 10% de votantes del PSOE que apoyarían a Feijóo, y ese es el nicho en el que el gallego ha fijado la mirada. Así las cosas, el PP cree que, si Sánchez se centra en el electorado de su izquierda y pugna con Yolanda Díaz con su nueva hoja de ruta en la que devuelve el traje al armario, el perfil moderado quedará huérfano.

Análisis diametralmente opuesto hacen en Ferraz, que tildan a Feijóo de “fraude” porque “ni es moderado, ni es solvente”. A su entender, esto, sumado a que el presidente ha descansado unos días y vuelve con las pilas cargadas, esboza una fórmula ganadora: “Vamos a por todas. ¿Quién nos va a parar?”. Hagan sus apuestas.