La ministra de Industria, Comercio y Turismo, María Reyes Maroto, ha admitido estar aún afectada en lo personal y haber pasado miedo tras recibir una navaja ensangrentada, una nueva amenaza de muerte tras las cartas con cuatro balas que recibieron Pablo Iglesias, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska y María Gámez, directora de la Guardia Civil.

En una entrevista en el Huffpost, ha confesado que “estoy todavía un poco afectada en lo personal, pero muy motivada en lo profesional. Creo que esas cartas reflejan que el odio está pasando a los hechos. Hoy soy yo, pero mañana somos cualquiera que queremos defender que lo diferente también vale”.

A la pregunta de si ha sentido miedo, ha respondido afirmativamente: "Claro, cuando alguien piensa que desea tu muerte, te llena de preocupación y te lleva a pensar por qué yo, que soy una persona normal, una ministra pendiente de hacer bien las cosas y de trabajar para quienes más lo necesitan. Miedo porque puedo ser yo o cualquier otra persona, que no tiene la protección que tengo yo. Todos los demócratas hoy estamos amenazados, con lo que me ha pasado a mí y a mis tres compañeros”.

De hecho, la ministra ha reconocido que “ha sido uno de los días más duros en política” sin ninguna duda, y que “si hay alguien que desea mi muerte es porque está loco y se ha creído el discurso del odio, que es lo que pienso”. También ha relatado que “no es la primera carta que recibo", aunque “lamentablemente es la primera carta en la que quieren matarme”.

Sobre la crispación que domina el ambiente, ha argumentado que “hemos normalizado cosas que no había que normalizar, que era el discurso del odio, y nos hemos acostumbrado”.

“El hecho de que quieran que cuatro demócratas muramos significa que ese odio poquito a poquito ha ido calando en la población que compra ese discurso. Por eso hemos dicho que basta ya. El hecho de que en la SER el debate no se desarrollara es un ejemplo de que la izquierda le hemos dicho a Vox que no vamos a seguir hablando con una ultraderecha que no respeta a los que somos distintos y que quiere fracturar esta sociedad”, ha añadido.

A raíz de las líneas rojas que a su juicio se han traspasado, ha apuntado que “ya veníamos, desde el PSOE y del Gobierno de España, alertando de que el discurso de Vox era de odio, que iba calando en aquellos que compran este discurso porque se abrazan a la bandera de España, que es de todos”. “Lamentablemente en este Comunidad no sólo se ha vivido esta confrontación en el partido de Vox, sino también en el PP, que lleva tres años negando que Pedro Sánchez haya llegado a La Moncloa de una manera democrática. Cuando a uno lo llaman ilegítimo o que está matando a sus compatriotas, pues eso cala. Creo que el PP y Vox han pasado una raya”, ha insistido.

Por último, ha asegurado que si tuviera delante a la persona que le envió la navaja “hablaría con él y trataría de convencerle de que el odio te lleva claramente a hacer las cosas mal, como ha hecho la persona que me lo ha enviado”.