El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (c), durante la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP. EFE/Archivo



El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, tiene ante sí una semana clave para intentar apaciguar el nerviosismo, los conatos de rebelión interna, cuando no la crítica directa tras 16 meses en el Gobierno que se saldan con tres datos indiscutibles: incumplimiento total y absoluto del programa electoral, la mayor subida de impuestos de los último 20 años y récord absoluto de paro (6,2 millones de desempleados) junto al reconocimiento de que terminará la Legislatura con casi un millón de parados más que Zapatero. Estos tres se pueden resumir en uno: el propio Gobierno anunció oficialmente hace quince días que cuando termine la Legislatura habrá empeorado la famosa herencia que le reprochan a Zapatero: más paro, más deuda del Estado y más españoles en la pobreza.

Quieren cambios pero no se ponen de acuerdo
La rueda de prensa en la que Soraya Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro  informaron sobre el Plan Nacional de Reformas enviado a Bruselas con las previsiones medio plazo asustó a los ciudadanos en general, pero entre los dirigentes del PP cayó como una bomba atómica: más recortes para reconocer que el paro seguirá subiendo. Los barones territoriales del PP temen un batacazo electoral en las autonómicas de 2015 al constatar que no podrán exhibir logro alguno, y que irán a las urnas con menos sanidad y de peor calidad, menos educación y de peor calidad y habiendo suprimido la Ley de la Dependencia. Además de las subida de impuestos y la bajada generalizada de salarios.

Los dirigentes populares quieren que el Gobierno adopte algún otro tipo de medidas más allá de recortes y subidas de impuestos pero se mueven en la pura contradicción: reformar la administración implicaría despedir más trabajadores públicos y les aterra porque no quieren más despidos; reforma autonómica sin privilegios para Cataluña y que no se toquen las pensiones, algo que exige Bruselas y que el Gobierno reformará para empeorar la última reforma de Zapatero que tanto criticaron.

Esperanza Aguirre y Pedro J.
Esperanza Aguirre dijo que abandonaba la política pero no lo hizo. Dejó la Presidencia de la Comunidad de Madrid pero se atrincheró en la presidencia del PP madrileño. Y sigue siendo un dolor de muelas permanente para Rajoy. Justo cuando más problemas tiene el ejecutivo, sale ella con algún dardo envenenado. Y eso es precisamente lo que reprocha una amplia mayoría de dirigentes del PP: su oportunismo y su deslealtad permanente. Así que Aguirre da una de cal y otra de arena, primero reprocha a Rajoy no adelgazar la administración y hoy, en la reunión del comité ejecutivo nacional del PP, toma la palabra para decir que le ha encantado el discurso de Rajoy.

Rajoy tiene también un frente mediático complicado, incondicional es el apoyo de La Razón y en general del Grupo Planeta (Antena 3 y Onda cero), incondicional del ABC, pero le hacen daño, y mucho, dos referentes para la derecha de este país: Pedro J. Ramírez (El Mundo) y Federico Jiménez Losantos, que claman contra la subida de impuestos y contrala inacción de Rajoy para reformar la estructura administrativa el Estado.

Bajará los impuestos "cuando pueda"
El PP vive su peor pesadilla: saber que no solo no mejorarán, sino que empeorarán la famosa 'herencia' de Zapatero. Si Zapatero para ellos dejó el país en ruina y cuatro años de Gobierno de Rajoy solo servirán para empeorarlo todo, con un millón de parados más, más impuestos, un estado más endeudado y una pérdida de derechos inédita en Democracia, se quedan sin discurso.

La subida de impuestos es un misil al corazón del PP. Que el diario El Mundo informe que Rajoy ha subido más los impuestos de lo que prometía Izquierda Unida en su programa electoral ha sacudido como un tsunami al PP hasta el punto de que Rajoy se ha visto obligado a decir que bajará los impuestos "cuando pueda". Rajoy en estado puro. Todo se hará cuando se pueda.

Imagen de unidad
Rajoy tenía que comparecer hoy ante los dirigentes de su partido para dar imagen de unidad y levantar los ánimos a sus filas ante el debate que tendrá lugar el próximo miércoles en el Congreso, en el que el Presidente del Gobierno debe explicar el Plan de Reformas enviado a Bruselas. El objetivo es que el Presidente del Gobierno salga reforzado, como ocurrió en el pasado Debate sobre el Estado de la Nación, al que acudía con el estallido del caso Bárcenas y una subida del paro y, sin embargo, salió reforzado. El próximo miércoles IU pedirá la dimisión de Rajoy.