Tenemos nuevo gobierno, es un decir, y Mariano Rajoy ha aprovechado la ocasión para dar una muestra de su disposición a cambiar, a ser más transparente y dialogante. Tanto es el respeto que tiene el presidente por los ciudadanos y por los otros partidos políticos, que no se ha molestado en dar la buena nueva ni tan siquiera por plasma. Ha bastado una simple nota de prensa escupida a los españoles. 

La respuesta de lo que queda del Partido Socialista la dio Mario Jiménez, portavoz de la gestora, quien con firmeza lanzó una carga de gran profundidad: "Hubiésemos agradecido que Rajoy hubiese comparecido para explicar las motivaciones de este gobierno". Sólo le faltó añadir un: "Vamos, si al señor presidente le parece bien y no tiene nada mejor que hacer, que lo último que querríamos es molestar". Sin querer ofender, por supuesto, el hombre de Susana Díaz se atrevió a añadir: "Tenemos la sensación de que no se da cuenta de que está ante una situación totalmente diferente". Tuvo suerte de que al señor presidente le da pereza casi todo, porque bien podría haberle contestado: "No muchacho, mi situación es la misma, la que ha cambiado, y mucho, es la vuestra".

Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos, fue aún más condescendiente con el acto de chulería de Rajoy. La suya fue una declaración tan naíf, que más que una sonrisa hizo que a muchos se nos escapara una lagrimita: "Es el inicio de una nueva era política que se va a caracterizar por el diálogo permanente. Son las personas con las que vamos a tener una comunicación continua para comprobar que cumplen las exigencias de Ciudadanos". En la sala de prensa quedaron flotando esas últimas palabras que tanto repiten los de Rivera: "Las exigencias de Ciudadanos...dadanos...danos...anos". Porque la Moncloa queda lejos, que si no la carcajada de Mariano hubiera ahogado el eco. 

Que Mariano Rajoy está plenamente comprometido con la regeneración, lo demuestra el que una de las pocas novedades de su gobierno sea la incorporación de María Dolores de Cospedal. Nadie mejor para el cargo de  Defensa que quien fue capaz de entregar por su partido hasta la última gota de dignidad que le quedaba, explicando la contratación de Bárcenas. Además, le permite mantener el puesto de secretaria general del PP, ya que el ministerio podrá dirigirlo en diferido, a modo de simulación. 

Aún estando muy lejos de la mayoría absoluta, la legislatura va a ser para el PP mucho más plácida de lo que imaginábamos. Podemos va a estar muy sólo como oposición en el Congreso. Por no hablar de los medios de comunicación donde el PP tiene una aplastante mayoría, sobre todo desde que el grupo Prisa ha descubierto quien es su verdadero enemigo.