Sin duda, y este domingo volvió a escenificarlo, a Mariano Rajoy le dolió más la declaración de 'persona non grata' aprobada por el Ayuntamiento de su ciudad (aunque él nació en Santiago de Compostela) que el puñetazo que le propinó antes de las elecciones del 20D un adolescente pariente de su mujer. En la capital de las Rías Baixas, el presidente en funciones se dio un baño de... militantes y simpatizantes del PP. Lo de menos era la elección del nuevo responsable del partido en Pontevedra, Alfonso Rueda; el objetivo era convertir el acto en un desagravio por la decisión del municipio.
 
Y eso se notó desde el principio. Algo que llamó la atención fue el fuerte dispositivo policial de seguridad en torno a su figura, con el objetivo de impedir otra agresión o acto reprochable contra su persona. No obstante, el día era especial y positivo a pesar de las encuestas, y en esas lides Rajoy se siente seguro así que no dudó en hacerse selfies con sus seguidores.
¡Presidente! ¡Presidente!
Durante su intervención en el Congreso, se mostró convencido de la retirada de la declaración de persona 'non grata'. Dijo que "soy un pontevedrés. Me gusta estar aquí y voy a conseguir que la condecoración que con tan poca generosidad tuvieron a bien concederme, la retiren".  
 
Buscaba el aplauso y lo halló en diferentes momentos, ese fue uno. Otro cuando el público empezó a gritar ¡presidente! ¡presidente!, proclamas repitidas varias veces. Al más puro estilo de campaña estadounidense, en un instante de su alocución, en la pantalla situada a un lado del escenario apareció la frase 'Benvido á túa ciudade. Benvido á casa (sic)'. (Bienvenido a tu ciudad. Bienvenido a casa) lo que, de nuevo, propició más aplausos y vítores. Como curiosidad, y que seguro será objeto de crítica por parte de los gallego parlantes, la frase que aparecía en el escenario estaba mal escrita, puesto que la tilde de la segunda 'a' - á casa- es incorrecta. 
Ejemplo a seguir
Más allá de cuestiones lingüísticas, también se vio interrumpido por un asistente que gritó bien alto que "eres un ejemplo a seguir. Te queremos", ante lo que Rajoy entre aplausos afirmó que "soy de Pontevedra, estoy orgulloso de ello", para recordar que "fui concejal aquí, aquí me he casado -su mujer estaba también presente-, aquí voy a vivir y aquí me voy a morir dentro de muchísimos años". 
"Afrenta"
En alusión a este asunto, firma este domingo una carta publicada en 'El Faro de Vigo' en la que asevera que no renunciará a Pontevedra después de lo que califica como "afrenta" promovida por varios concejales"No pienso renunciar a mi ciudad. No voy a renunciar ni a mis amigos ni a mis vivencias. No quiero ser de ningún otro lugar", escribe.
 
De este modo clausuró el Congreso del PP de Pontevedra y un fin de semana bastante lúdico, que le hizo incluso coincidir con el rey Juan Carlos en Sanxenxo. Supone además, la vuelta a la normalidad de Mariano Rajoy en su tierra, tras los episodios descritos, a los que habría que añadir con anterioridad las manifestaciones de afectados por preferentes en su lugar habitual de veraneo y que propiciaron por motivos de seguridad su retiro estival en una casa rural de Ribadumia.
 
Este domingo a Rajoy se le vio disfrutar en Pontevedra, no en vano, en el cónclave popular todos eran amigos.