Dos focos mediáticos copan la centralidad esta semana: la pugna por el liderazgo del Partido Popular y la guerra en Ucrania. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra en estos momentos dedicado casi exclusivamente a la situación en el este de Europa y la respuesta de las potencias occidentales para contener (y persuadir) a Vladimir Putin. Aprovechando precisamente que ambas cuestiones acaparan todas las miradas, PSOE y Unidas Podemos pretenden aprovechar el impasse para reforzar su colaboración parlamentaria y profundizar en las leyes que abordarán a lo largo del presente periodo de sesiones sin las interferencias que acostumbra a provocar Génova.

El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Héctor Gómez, y su homólogo morado, Pablo Echenique, mantuvieron este jueves un encuentro de una hora en el despacho del primero para evaluar el estado de la coalición y varias leyes que se encuentran en desarrollo o ultimando flecos. Según fuentes conocedoras de la cita, abordaron la necesidad de “consolidar la coordinación entre ambos grupos parlamentarios con el fin de dar respuesta a las necesidades de la gente ampliando derechos, reduciendo la desigualdad y fomentando la recuperación económica, frente a una derecha desentendida y centrada en sus cuestiones orgánicas”.

Así las cosas, “han hablado sobre la Ley Mordaza, la Ley de Vivienda y la Ley del 'solo sí es sí’”. Otro asunto que ocupó buena parte del tiempo de la conversación fue la importancia de llegar a un acuerdo sobre el esquema de investigación de las agresiones sexuales en la Iglesias: “Compartimos el mismo objetivo y tenemos que ver cómo obramos para lograrlo”, informan las mismas fuentes.

Más y mejor comunicación

Gómez y Echenique admitieron que es imprescindible mejorar la colaboración de ambos partidos en el Congreso después de que la reforma laboral, la ley más importante de la legislatura, fuera aprobada por un error de un diputado del PP y tras algunas votaciones en las que han pulsado botones distintos. Asimismo, han incidido en la necesidad de “llevar a cabo medidas que mejoren la vida de la ciudadanía” y “explicar  los efectos concretos que implican los Fondos Europeos en el día a día de la población de nuestro país”.

Consigna: no hacer sangre y trabajar

Existe una máxima en comunicación política: si tu adversario está cavando su propia tumba, no le interrumpas. Esto es precisamente la postura que socialistas y morados han adoptado en lo que a la guerra fratricida genovesa se refiere. Destacando que se trata de un pulso por el poder provocado por que Pablo Casado trató de tirar de la manta, ninguno de los dos partidos pretende hacer sangre con ello. Tanto el presidente del Gobierno como la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, han mostrado su respeto al aún presidente del PP pese a sus pronunciadas diferencias. Esta previsto que continúen por esta senda en los próximos días: denunciar las sombras de los contratos del hermano de Isabel Díaz Ayuso, no inmiscuirse en el debate sobre el futuro liderazgo del PP y, entretanto, aprovechar el despiste de los medios para limar asperezas y engrasar la relación para afrontar lo que resta de legislatura.