El Grupo Parlamentario Socialista ha registrado este lunes una Proposición de ley par reformar la ley de Libertad Sexual, más conocida como ley del solo sí es sí, con el objetivo de corregir los efectos indeseados. La sangría de rebajas de condenas a agresores sexuales (más de 380) provocaron un choque en la coalición. De un lado, el PSOE, partidario de modificar aspectos puntuales para evitarlo; del otro, Unidas Podemos, que insistía en que algunos jueces no estaban aplicando correctamente el articulado ni respetando el derecho transitorio. Finalmente, los morados cedieron y se abrieron a negociar posibles matizaciones, pero el acuerdo no ha sido posible y el PSOE impulsa la iniciativa en solitario. En una rueda de prensa celebrada en el Congreso, el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, ha garantizado que “no tocamos el artículo del consentimiento”, que seguirá siendo el elemento nuclear de toda la norma.

López, que espera que el Congreso tramite la proposición a la mayor celeridad -a ser posible este mes-, ha asegurado que no han negociado con el Partido Popular ni tienen pensado hacerlo. De hecho, ha respondido a los dardos morados que les acusaban de ceder a las presiones de la derecha: “No cedemos. Presentamos nuestra iniciativa con el interés de proteger la ley, acabar con la alarma social de esos efectos no deseados”. Andrea Fernández, secretaria de Igualdad del PSOE, ha comparecido junto a Patxi López y ha remachado que “esto no va de egos ni de relatos”, pues “sigue siendo una buena ley” pero que requería de ajustes técnicos: “La mejor forma de defender la ley es reconocer que no está funcionando adecuadamente”.

Estaba previsto que lo hiciera el viernes pasado. El jueves, el Ministerio de Justicia trabajaba a toda máquina para ultimar una redacción “impecable” de la iniciativa. El plazo que impusieron a los morados para sumarse expiraba en la noche de ese mismo jueves. De hecho, tal y como publicó ElPlural.com, el grupo parlamentario estaba preparado para registrarla, el problema era que Justicia no tenía tiempo material para cerrar el documento. A las 14:00 horas cerró el registro del Congreso y las conversaciones se prolongaron durante el fin de semana. Unidas Podemos rechazó el sábado la propuesta remitida por su socio el viernes. El domingo, Ione Belarra e Irene Montero, insistieron en su argumentario, rematando cualquier atisbo de esperanza.

Agotado el plazo y su ceremoniosa prórroga, el PSOE concretará su órdago. Jaume Asens, presidente del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, ha asegurado en una entrevista en TVE a primera hora de hoy que ofrecieron al ala socialista aumentar las penas. “El PSOE no ha cedido en nada”, ha lamentado, por lo que “tendrá que decidir con quién quiere sacar adelante esta ley porque los partidos de la mayoría de la investidura lo tienen claro, en esta polémica están con el Ministerio de Igualdad”.

Impulsar la reforma de la ley del solo sí es sí en solitario, sin el respaldo de Unidas Podemos, dificultará enormemente la búsqueda de apoyos. El Partido Popular ofreció su bancada. De hecho, la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, recordó que el 16 de diciembre su partido presentó una proposición de ley que fue calificada por la Mesa del Congreso el 20 y que los socialistas podrían utilizar. No lo harán. Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, comunicó a Gamarra que Moncloa no tiene intención de dar conformidad a la proposición de ley hasta el 2 de marzo, apurando el plazo de 30 días hábiles.

Cruce de propuestas

Si Justicia ha trabajado a toda máquina, Igualdad no ha sido menos. El ministerio de Irene Montero ha elaborado del orden de cinco propuestas diferentes que le han entregado a Justicia, un número más elevado que las que han recibido. Competiciones aparte, el principal problema radica en que, según Unidas Podemos, el PSOE plantea regresar al modelo anterior. Igualdad sugiere como solución elevar las penas, lo que modificaría por completo el esquema dibujado por Justicia.

Para resolverlo, el Ministerio de Justicia propone que la violencia sea un agravante y, así, se suban las penas. Para Montero ese extremo no es aceptable en ningún caso porque las mujeres se verían obligadas a pasar el calvario de demostrar la violencia; lo que a su juicio, de facto, rescata el arquetipo anterior de abuso- violación. Justicia y el PSOE se han sacudido estas acusaciones aseverando no es cierto que se vuelva al modelo anterior, que el consentimiento sigue siendo el núcleo de la ley y no se va a tocar y que la protección de las mujeres es su prioridad.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, elevó el tono en una entrevista en TVE lamentando que al PSOE “le han temblado las piernas” ante la ofensiva de la derecha y por eso se ha visto “obligado” a acometer algún tipo de reforma. El argumentario del partido morado sigue pivotando en torno a la idea de que los jueces no están aplicando correctamente la ley ni están respetando el derecho transitorio. “El problema no está en la ley, está en su resistencia a su correcta aplicación”, sostuvo Irene Montero, reiterando que “mi principal objetivo es proteger el consentimiento como centro de la ley y mantener que es agresión sexual cualquier acto sexual sin consentimiento”. Y mientras los socialistas tiran de un extremo de la soga y los morados hacen lo propio, en medio, Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo no se moja y se limita a esgrimir que “soy muy respetuosa con todas las formaciones políticas” y que “me van a encontrar siempre dialogando”. “No me van a escuchar otra palabra en este sentido y estoy segura de que vamos a alcanzar un acuerdo”, remachó. Se equivocaba. No ha habido quórum. No obstante, la coalición no peligra. El propio Asens ha asegurado que “no está en riesgo” porque “ninguno de los dos socios está dispuesto a ponerlo en riesgo, y menos a las puertas de  unas elecciones municipales y autonómicas. Es una discrepancia que se puede mejorar”.